El Papa pide a Doctrina de la Fe mano dura con los abusos y diálogo paciente con los teólogos
”Promover y tutelar la doctrina sobre la fe y las costumbres en todo el orbe católico”, es la tarea que la Constitución apostólica “Pastor bonus” de Juan Pablo II , asigna a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyos miembros fueron recibidos el viernes 31 de enero al final de su sesión plenaria por el Papa Francisco.
El Santo Padre ha subrayado que desde los primeros tiempos de la Iglesia “existe la tentación de entender la doctrina en sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas” cuando en realidad “la doctrina tiene como único objetivo servir a la vida del Pueblo de Dios y asegurar a la fe un fundamento cierto” porque “efectivamente, es grande la tentación de apropiarnos de los dones de la salvación que procede de Dios para domesticarlos -incluso con buena intención- a los puntos de vista y al espíritu del mundo”.
El trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe debe “tener también siempre presentes las exigencias de diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores. Si la verdad exige fidelidad, ésta crece siempre en la caridad y la ayuda fraternal para aquellos que están llamados a madurar o esclarecer sus convicciones”.
El Papa ha observado igualmente que el método de trabajo de la Congregación se distingue “por la praxis de la colegialidad y del diálogo. La Iglesia es, efectivamente, el lugar de la comunión y, en todos los niveles, cada uno de nosotros está llamado a cultivar y promover la comunión, cada uno con la responsabilidad que el Señor le ha asignado”.
Después se ha referido a la sesión plenaria que ha estado dedicada a la relación entre fe y matrimonio “Se trata de una reflexión de gran relevancia que se coloca en la línea de la invitación formulada por Benedicto XVI sobre la necesidad de interrogarse más a fondo acerca de la relación entre fe personal y celebración del sacramento del matrimonio, sobre todo, en un contexto cultural que ha cambiado”.
“En esta ocasión quiero agradecerles también su esfuerzo por tratar las delicadas problemáticas sobre los llamados delitos más graves, en particular los casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos. Piensen en el bien de los niños y de los jóvenes que en la comunidad cristiana deben estar siempre protegidos y sostenidos en su crecimiento humano y espiritual”.
“En ese sentido se estudia la posibilidad de incorporar a vuestro dicasterio la Comisión específica para la protección de los niños que he instituido y que quisiera fuera ejemplar para todos los que quieren promover el bien de los niños”.
El Santo Padre ha subrayado que desde los primeros tiempos de la Iglesia “existe la tentación de entender la doctrina en sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas” cuando en realidad “la doctrina tiene como único objetivo servir a la vida del Pueblo de Dios y asegurar a la fe un fundamento cierto” porque “efectivamente, es grande la tentación de apropiarnos de los dones de la salvación que procede de Dios para domesticarlos -incluso con buena intención- a los puntos de vista y al espíritu del mundo”.
El trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe debe “tener también siempre presentes las exigencias de diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores. Si la verdad exige fidelidad, ésta crece siempre en la caridad y la ayuda fraternal para aquellos que están llamados a madurar o esclarecer sus convicciones”.
El Papa ha observado igualmente que el método de trabajo de la Congregación se distingue “por la praxis de la colegialidad y del diálogo. La Iglesia es, efectivamente, el lugar de la comunión y, en todos los niveles, cada uno de nosotros está llamado a cultivar y promover la comunión, cada uno con la responsabilidad que el Señor le ha asignado”.
Después se ha referido a la sesión plenaria que ha estado dedicada a la relación entre fe y matrimonio “Se trata de una reflexión de gran relevancia que se coloca en la línea de la invitación formulada por Benedicto XVI sobre la necesidad de interrogarse más a fondo acerca de la relación entre fe personal y celebración del sacramento del matrimonio, sobre todo, en un contexto cultural que ha cambiado”.
“En esta ocasión quiero agradecerles también su esfuerzo por tratar las delicadas problemáticas sobre los llamados delitos más graves, en particular los casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos. Piensen en el bien de los niños y de los jóvenes que en la comunidad cristiana deben estar siempre protegidos y sostenidos en su crecimiento humano y espiritual”.
“En ese sentido se estudia la posibilidad de incorporar a vuestro dicasterio la Comisión específica para la protección de los niños que he instituido y que quisiera fuera ejemplar para todos los que quieren promover el bien de los niños”.
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