Jueves, 07 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

El Papa anima a rezar como Abraham: con insistencia, coraje y negociando con Dios

Radio Vaticano / ReL

Francisco predica en Santa Marta
Francisco predica en Santa Marta
Debemos orar con coraje al Señor y también con insistencia, como hizo Abraham.

Fue la enseñanza principal del Papa Francisco durante la Misa matinal del lunes en la Casa de Santa Marta.

El Papa observó que orar es también “negociar con el Señor”, volverse hasta inoportunos como nos enseña Jesús.

En la Misa, concelebrada por el cardenal Kurt Koch y por mons. Brian Farrell, participaron, entre otros, un grupo de sacerdotes y colaboradores del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Una vez más, el Papa se centró en la figura del patriarca Abraham, partiendo de la Primera Lectura del día.

Valentía e insistencia
“Abraham es un valiente y ora con valor”, señala el Papa. “Siente la fuerza de hablar cara a cara con el Señor y trata de defender aquella ciudad”. Y lo hace con insistencia. En la Biblia, constató el Santo Padre, se recuerda que “la oración debe ser valiente”:

“Cuando hablamos de coraje siempre pensamos en el coraje apostólico, ir a predicar el Evangelio, estas cosas… Pero existe también el valor ante al Señor. Aquella parresia ante el Señor: ir al Señor con valor para pedirle cosas".

Regateando como un comerciante
"Esto hace un poco sonreír, está bien pero hace reír porque Abraham habla con el Señor en una manera especial, con este coraje y uno no sabe: si estamos ante un hombre que reza o ante un ‘comerciante fenicio’, porque regatea el precio, va, va… E insiste: de cincuenta logra bajar el precio a diez. Él sabía que no era posible. Sólo había un justo: su nieto, su sobrino… Pero con aquel coraje, con aquella insistencia, ¡iba adelante!”.

A veces, puntualizó el Papa, se recurre al Señor para “pedir algo por una persona”, se pide esto y aquello y después uno se olvida.

“Pero aquella – advirtió el Papa – no es oración”, porque “si quieres que el Señor conceda una gracia, debes ir con valor y hacer aquello que hizo Abraham con su insistencia”.

El Obispo de Roma recordó que es el mismo Jesús quien nos dice que debemos orar como la viuda con el juez, como aquel que va de noche a tocar la puerta del amigo.

Con insistencia: “Jesús nos lo enseña así ”. Y de hecho, observó, Jesús elogia a la mujer sirio-fenicia que con insistencia pide la curación de su hija. Insistencia, afirmó el Pontífice, también si ésta nos agota, y “es verdaderamente agotador”. Pero esto, dijo, “es una actitud de la oración”.

Santa Teresa: "negociar con Dios"
Santa Teresa, recordó, “habla de la oración como un negociar con el Señor” y esto “es posible sólo cuando hay familiaridad con el Señor”. “Es agotador, es verdad – repitió – pero ésta es la oración, esto es recibir una gracia de Dios”. El Papa subrayó el argumento que Abraham utiliza en su oración: “Toma los argumentos, las motivaciones del mismo corazón de Jesús”:

“¡Convencer al Señor con las virtudes propias del Señor!¡Eso es bello! La exposición de Abraham va al corazón del Señor y Jesús nos enseña lo mismo: ‘El Padre sabe las cosas. El Padre – no se preocupen – manda la lluvia sobre los justos y sobre los pecadores, el sol para los justos y para los pecadores’. Con aquel argumento Abraham va adelante. Yo me detendré aquí: orar es negociar con el Señor, también volverse inoportuno con el Señor. Orar es alabar al Señor por sus cosas bellas y pedirle que nos mande esas cosas bellas. Y si Él es tan misericordioso, tan bueno, ¡que nos ayude!”

Cinco minutos con los salmos
“Yo – concluyó Francisco - quisiera que todos nosotros, durante la jornada, por cinco minutos, no más, tomemos la Biblia y leamos lentamente el Salmo 102”, recitado hoy entre las dos Lecturas:

“‘Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura…’.

Y con esto aprenderemos las cosas que debemos decir al Señor cuando pidamos una gracia. ‘Tú que eres misericordioso, Tú que perdonas, concédeme esta gracia’: como hizo Abraham y como hizo Moisés. Vayamos adelante en la oración, valientes, y con estos argumentos que vienen directamente del corazón de Dios”.
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