Sábado, 23 de noviembre de 2024
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Evangelio del día
A los pobres los tenéis siempre con vosotros
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
Jesús iba a morir para reunir a los hijos de Dios dispersos
Todo lo que Juan dijo de éste era verdad
Abrahán, vuestro padre, vio mi día y se llenó de alegría
Os he hablado de la verdad que le escuché a Dios
Donde yo voy no podéis venir vosotros
Da testimonio de mí el que me envió, el Padre
Tampoco yo te condeno. Anda, y no peques más
Jamás ha hablado nadie como ese hombre
Yo vengo enviado por el que es veraz
Esas obras que hago dan testimonio de mi
El que honra al Hijo honra al Padre que lo envió
Has quedado sano; no peques más
Era la hora cuando Jesús le había dicho: Tu hijo está curado
Alégrate, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido
El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no
Amar al prójimo vale más que todos los holocaustos y sacrificios
El que no está conmigo y no recoge conmigo desparrama
Quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos
El señor tuvo lástima de aquel empleado y le perdonó la deuda
Se llamará Hijo del Altísimo, y su reino no tendrá fin
Vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro
Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido
Agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron
Evita que vengan también ellos a este lugar de tormento
El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor
Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo
Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió
Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto
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