Domingo, 24 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Los 7 santos que Francisco cita en su mensaje para la VI Jornada Mundial de los Pobres

El Papa Francisco en una comida con personas pobres de la Limosnería Apostólica en 2015
El Papa Francisco en una comida con personas pobres de la Limosnería Apostólica en 2015

P.J.G.

Este va a ser el sexto año que se celebra la Jornada Mundial de los Pobres, fiesta instaurada por el Papa Francisco que tiene lugar el 13 de noviembre. Como es habitual, el Papa ha publicado un mensaje para ir reflexionando sobre este tema, este año con el título "Jesucristo se hizo pobre por vosotros" (2 Co 8,9). El texto del mensaje se ha difundido este martes 14 de junio y se puede leer completo aquí.

Francisco hace en él alusión a situaciones que han golpeado al mundo recientemente, como “la tempestad de la pandemia” y la guerra en Ucrania que “vino a agregarse a las guerras regionales que en estos años están trayendo muerte y destrucción”. El Papa denuncia especialmente la intervención de una “superpotencia” que “pretende imponer su voluntad contra el principio de autodeterminación de los pueblos”.

“Se repiten escenas de trágica memoria y una vez más el chantaje recíproco de algunos poderosos acalla la voz de la humanidad que invoca la paz”, denuncia. "¡Cuántos pobres genera la insensatez de la guerra! Dondequiera que se mire, se constata cómo la violencia afecta a los indefensos y a los más débiles. Deportación de miles de personas, especialmente niños y niñas, para desarraigarlos e imponerles otra identidad", denuncia el Pontífice.

El Pontífice señala además que "no es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído".

Y recuerda su exhortación Evangelii Gaudium: "Nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social".

En este contexto, Francisco acude a la enseñanza bíblica y vivencial de 7 santos santos a los que menciona en su documento.

1. San Pablo

Las palabras que propone son de San Pablo: “Jesucristo se hizo pobre por vosotros". Quiere animar a los cristianos de Corinto a ser generosos con los necesitados. Pablo, de hecho, afirma que Jesús «siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza».

Cuando ve que los corintios se acomodan y dejan de ayudar, les insiste: «Llevad la colecta a término, para que los hechos respondan, según las posibilidades de cada uno, a la decisión de la voluntad» (2 Co 8,11).

Eso hace pensar al Papa en los países que llevan meses o años ya ayudando a refugiados. "Este es el momento de no ceder y de renovar la motivación inicial. Lo que hemos comenzado necesita ser llevado a cumplimiento con la misma responsabilidad", afirma el Pontífice, apoyándose en lo que escribía Pablo. Y recuerda otra enseñanza del apóstol: "No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad" (2 Co 8,13).

2, 3 y 4. Pedro, Santiago y Juan

Pablo visitó Jerusalén y allí trató con los más respetados de los Apóstoles, Pedro, Santiago y Juan. Ellos le pidieron "que no se olvidara de los pobres. La comunidad de Jerusalén, en efecto, se encontraba en graves dificultades por la carestía que azotaba al país, y el Apóstol se había preocupado inmediatamente de organizar una gran colecta en favor de los pobres. Los cristianos de Corinto se mostraron muy sensibles y disponibles". Así, los cristianos siguen haciendo colectas por los pobres, los de la parroquia y los de lejos.

El Papa recuerda también las enseñanzas de la carta del Apóstol Santiago: «Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. El que oye la Palabra y no la practica, se parece a un hombre que se mira en el espejo, pero en seguida se va y se olvida de cómo es. En cambio, el que considera atentamente la Ley perfecta, que nos hace libres, y se aficiona a ella, no como un oyente distraído, sino como un verdadero cumplidor de la Ley, será feliz al practicarla» (St 1,22-25).

5. San Justino

San Justino, que vivió en el siglo II, dejó escrito cómo era la misa en su época, que implicaba no solo el ritual sino la ayuda fraterna. «En el día llamado “del Sol” se reúnen todos juntos, habitantes de la ciudad o del campo, y se leen las memorias de los Apóstoles o los escritos de los profetas según el tiempo lo permita. […] Luego se hace la fracción y distribución de los elementos consagrados a cada uno y a través de los diáconos se envía a los ausentes. Los adinerados y los que lo desean dan libremente, cada uno lo que quiere y lo que se recoge viene depositado con el sacerdote. Este socorre a los huérfanos, a las viudas, y a quien es indigente por enfermedad o por cualquier otra causa, a los encarcelados, a los extranjeros que se encuentran entre nosotros: en resumen, tiene cuidado de cualquiera que esté en necesidad» (Primera Apología, LXVII, 1-6).

6. San Juan Crisóstomo

San Juan Crisóstomo vivió en el s.IV, fue Patriarca de Constantinopla y un magnífico predicador y orador. También era duro contra los cristianos ricos que olvidaban a los pobres. "Si no puedes creer que la pobreza te enriquece, piensa en tu Señor y deja de dudar de esto. Si Él no hubiera sido pobre, tú no serías rico; esto es extraordinario, que de la pobreza surgió abundante riqueza", escribió Crisóstomo. Mil cosas buenas que tienen los cristianos ("la piedad, la purificación de los pecados, la justicia, la santificación") las han recibido a través de la pobreza de Cristo, dice el santo citado por el Papa.

San Carlos de Foucauld con pobres en África

San Carlos de Foucauld con pobres en África.

7. San Carlos de Foucauld

Es un ejemplo más moderno, de la época de la fotografía, que Francisco propone para todos los cristianos. "El pasado 15 de mayo canonicé al hermano Charles de Foucauld, un hombre que, nacido rico, renunció a todo para seguir a Jesús y hacerse con Él pobre y hermano de todos. Su vida eremítica, primero en Nazaret y luego en el desierto del Sahara, hecha de silencio, oración y compartir, es un testimonio ejemplar de la pobreza cristiana. Nos hará bien meditar en estas palabras suyas: «No despreciemos a los pobres, a los pequeños, a los trabajadores; ellos no sólo son nuestros hermanos en Dios, sino que son también aquellos que del modo más perfecto imitan a Jesús en su vida exterior. Ellos nos representan perfectamente a Jesús, el Obrero de Nazaret. Son los primogénitos entre los elegidos, los primeros llamados a la cuna del Salvador"

El Papa espera que la VI Jornada Mundial de los Pobres sirva "para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida".

El texto se puede leer completo aquí.

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