Navidad es Navidad
por José Luis Restán
Madrid, sin duda una de las ciudades más hermosas, acogedoras y dinámicas de Europa, ha estrenado su iluminación para las ya próximas fiestas de Navidad. Como todo espacio de convivencia, la ciudad expresa con su decoración las raíces históricas, las certezas y sentimientos que comparten sus gentes. Evidentemente se trata de una ciudad muy plural en la que conviven, generalmente en armonía, hombres y mujeres de diversas religiones y culturas, pero nadie podrá negar que su matriz sea la del humanismo occidental de raíz cristiana. Precisamente esa base es la que preserva y sostiene una convivencia que ya quisieran para sí en otras latitudes.
Por eso resulta estúpido esconder que lo que llega es precisamente la Navidad, y no otro de los muchos festejos que jalonan el calendario. Es un abuso que desde el poder se diseñen operaciones para alterar y vaciar de sustancia una fiesta que sigue siendo uno de los fundamentos de nuestra ciudad común, y que es celebrada con alegría y fervor por millones de sus vecinos. En este sentido, hay que agradecer que la nueva administración municipal corrija el sesgo ideológico que había llevado a desalojar de la iluminación de estos días los signos propios de la Navidad, empezando por los belenes.
Por otra parte, sería absurdo esperar de la política municipal la recuperación de la experiencia de la Navidad en la vida de nuestro pueblo, evidentemente muy desgastada por múltiples factores. Eso sólo puede venir de la capacidad de los cristianos de mostrar que el acontecimiento de Belén es la respuesta a los deseos de felicidad y de justicia del corazón humano, contando naturalmente con la libertad de los hombres y mujeres que contemplen a partir de hoy estas hermosas luces, sólo un pálido reflejo de aquella Luz. Lo que alabamos en la decisión del nuevo ayuntamiento es sencillamente el sentido común, el aprecio de nuestras raíces y el respeto a una notable porción de la ciudadanía. Ni más ni menos.
Publicado en Alfa y Omega.