Hipocresías con el aborto y el duelo perinatal
por Daniel Arasa
El programa Informe Semanal de Televisión Española del pasado 4 de junio emitió un reportaje sobre el duelo perinatal y los abortos espontáneos. Su contenido fue correcto y respetuoso. Diversas madres que habían perdido a sus hijos por un aborto espontáneo explicaron su trauma, su tristeza, y reclamaron espacios en los cementerios para el entierro de estos bebés muertos antes de nacer, o incluso en algún caso recién nacido. Alguna explicó que cuando ha tenido un lugar en que se han depositado los restos de este hijo acude allí a llevar flores porque sabe que es su hijo, como si hubiera fallecido mucho después del parto.
En el programa se dijo que en España se producen cada año unos 2.500 casos de este tipo.
Hasta aquí todo normal. Sólo un pequeño matiz. En la misma cadena televisiva en la que se detallaba todo ello y se ponía en evidencia el sufrimiento y el problema derivado de estas pérdidas de bebés en el seno de sus madres, de manera habitual se apoya el aborto provocado, que no causa 2.500 víctimas al año en España, sino del orden de 100.000.
Es una muestra más de la hipocresía y la contradicción del mundo abortista. Se reconoce, ante un aborto espontáneo, y por tanto no deseado y en principio sin culpabilidad moral, que lo que hay en el seno de la madre es un hijo, un ser humano, y, sin embargo, se promueve, se financia, y hasta en ocasiones se presiona para recurrir al aborto provocado de forma generalizada como si nada tuviera que ver con un ser humano.
Aquellas madres que aparecieron en el reportaje arrastraban un trauma. Pero las madres que abortan voluntariamente lo tienen mucho mayor, aunque se disimule y se oculte, porque se sienten culpables. El síndrome postaborto es una realidad que no pocas mujeres arrastrarán toda la vida. Siempre con el respeto a toda persona, sin juzgar jamás la conciencia y comprendiendo que las circunstancias pueden abocar a dramas, toda mujer que aborta sabe que no es extirpar un quiste, sino liquidar a un hijo.
No existe la menor duda para nadie. Aparte la evidencia empírica para cualquier persona de que lo que hay en el vientre de la madre es un ser humano, los avances de la ciencia lo dejan claro, incluso desde el principio de la gestación.
Los abortistas, sin embargo, no paran. Hace pocos días se ha tenido la negativa experiencia de la Asamblea Mundial de la Salud celebrada en Ginebra, con una agenda abortista radical con la Organización Mundial de la Salud detrás. Y con presencia de activos grupos abortistas bien financiados, entre otros por la Administración Biden.
A esta reunión de Ginebra han acudido grupos provida, que no han dado su brazo a torcer y denuncian lo allí sucedido, aunque no hayan podido impedir que se haya aprobado la resolución abortista.
Esta lucha en defensa de la vida seguirá siendo dura y exige perseverancia. Como inmediato, en el caso de España, para el día 26 de junio está convocada una gran manifestación en Madrid. Vale la pena que participemos todos cuantos conocemos la dignidad del ser humano desde el principio de la concepción hasta la muerte natural.
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