Oración, cantos y retiros: así preparan la Navidad los miles de cristianos que viven por toda Arabia
Los católicos de todo el mundo preparan la Navidad y para ello el Adviento es un tiempo propicio. También los cristianos de Arabia viven este tiempo pese a la dificultad, donde en los distintos países de esta enorme península donde el islam es la religión dominante los católicos también organizan momentos de oración, encuentros y confesiones.
Camillo Ballin, vicario apostólico de Arabia del Sur, asegura que en esta zona “renovamos el llamamiento a un camino de unidad” en un contexto en el cual conviven fieles de nacionalidades y ritos distintos, para así preparar bien la Navidad.
Para ir al encuentro de sus necesidades 'materiales y espirituales' es importante “llevar a término la construcción de la nueva catedral en Bahréin”, indica a AsiaNews monseñor Ballin, máxima autoridad católica en Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y Bahréin, que se encuentra en estos momentos visitando Kuwait para participar en una serie de encuentros con las comunidades locales.
Preparación de la Navidad
“Cada comunidad, con sus nacionalidades distintas, provenientes de varios países de la inmigración se está preparando organizando momentos de oración, cantos, reuniones que se parecen en todo a retiros espirituales. Hemos llamado a varios sacerdotes ajenos a la región para facilitar que todos los fieles puedan acceder a la confesión y hemos promovido momentos de formación con miras a la Navidad”, agrega el vicario.
Aunque específica que “no se respira el clima navideño que hay en Italia, en Europa, pero entre los fieles se vive una espera de las celebraciones”.
En Kuwait, como en muchas otras naciones de la región donde la gran mayoría de la población es musulmana, no ha habido “grandes cambios” a nivel comunitario. En estas tierras, explica el prelado aludiendo a un refrán popular, “se camina a la velocidad del camello: es un lento caminar, pausado, que no conduce a grandes avances a nivel social o en las relaciones inter-confesionales”.
El problema de la falta de templos
Desde hace décadas, la gran masa de los cristianos se compone de “trabajadores extranjeros que en estas tierras continúan la vida y las tradiciones importadas de los países de origen, y nosotros, como Iglesia, tratamos de acceder a sus demandas en la medida de nuestras posibilidades”.
Según datos del 2014, en el territorio actualmente viven casi 2,5 millones de católicos (en su mayor parte, inmigrantes económicos) sobre un total de más de 36 millones de habitantes. Los sacerdotes suman casi 60, hay dos diáconos; en las parroquias en las que se subdivide el territorio trabajan 40 religiosos y 18 religiosas. Con la excepción de Arabia Saudita, donde no se admite otro culto salvo el islam, en los demás países rige una cierta libertad religiosa y la fe puede vivirse sin muchas restricciones.
Así quedará la catedral de Nuestra Señora de Arabia una vez esté concluida
“El mayor problema –resalta Moneñor Ballin- compete a los espacios donde poder realizar las celebraciones. Muchas veces tenemos a disposición una sola iglesia para todas las comunidades y lenguas. Por dar un ejemplo: aquí, en Kuwait, hay cinco ritos distintos y sólo considerando el rito latino tenemos 13 lenguas distintas, frente a una sola parroquia donde poder oficiar las misas y celebraciones”.
Cada rito, agrega, “trata de mantener sus tradiciones, pero nosotros insistimos sobre la importancia de la comunión, de otro modo no seguimos siendo más que muchas Iglesias distintas, sin una catolicidad”. Por ello, el vicario pide “a los fieles ser pacientes y abocarse a un camino de comunión. Al mismo tiempo, es fundamental responder a las necesidades prácticas, como la construcción de la catedral en Bahréin: el lugar donde será levantada la catedral está a solo 24 km de la frontera con Arabia Saudita, y podrá ser un lugar de oración esencial para cuantos viven y trabajan en el reino”.
Al preguntarle sobre la visita del Papa al Golfo en el mes de febrero, el vicario de Arabia se refiere a éste como un acontecimiento “alentador” que impulsará a los cristianos a “vivir su fe con mayor fuerza”.