El patriarca de Moscú denuncia la «herejía global» del endiosamiento del hombre y sus derechos
El Patriarca de Moscú, Kirill, denunció lo que definió como la “herejía de inclinarse ante el hombre” y la defensa de sus derechos, herejía que expulsa a Dios de la sociedad. Según informa Asia News, el primado ruso habló en estos términos durante su homilía en la liturgia del 21 de marzo, en ocasión de la fiesta del Triunfo de la Ortodoxia, que se celebra el primer domingo de la Cuaresma ortodoxa.
El patriarca denunció que hoy la persona y sus derechos se han convertido en criterio universal de la verdad, comenzando "un revolucionario destierro de Dios de la vida del hombre y de la sociedad”: movimiento, afirma, que surgió en Europa occidental y en Estados Unidos y ahora ha llegado a Rusia.
“La idea de una vida sin Dios se está desarrollando a gran escala en todo el planeta”, advirtió, explicando que “en muchos países desarrollados se emprenden esfuerzos para aprobar con leyes el derecho de la persona a cualquier elección, incluida la del pecado”.
“Hoy -continuó, según informa Interfax- hablamos de una herejía global de inclinarse ante el hombre, una nueva idolatría, que aparta a Dios de la vida humana. Algo así a nivel global nunca había existido”.
Kirill explicó luego que la Iglesia debe orientar “sus fuerzas, su palabra y su pensamiento” precisamente contra esta “herejía contemporánea, cuyas consecuencias pueden ser eventos apocalípticos”.
El patriarca denunció que hoy la persona y sus derechos se han convertido en criterio universal de la verdad, comenzando "un revolucionario destierro de Dios de la vida del hombre y de la sociedad”: movimiento, afirma, que surgió en Europa occidental y en Estados Unidos y ahora ha llegado a Rusia.
“La idea de una vida sin Dios se está desarrollando a gran escala en todo el planeta”, advirtió, explicando que “en muchos países desarrollados se emprenden esfuerzos para aprobar con leyes el derecho de la persona a cualquier elección, incluida la del pecado”.
“Hoy -continuó, según informa Interfax- hablamos de una herejía global de inclinarse ante el hombre, una nueva idolatría, que aparta a Dios de la vida humana. Algo así a nivel global nunca había existido”.
Kirill explicó luego que la Iglesia debe orientar “sus fuerzas, su palabra y su pensamiento” precisamente contra esta “herejía contemporánea, cuyas consecuencias pueden ser eventos apocalípticos”.
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