EEUU declara que Estado Islámico comete genocidios... pero olvida su participación al armarlos
El secretario de Estado de los EEUU, John Kerry, declaró que Estado Islámico (EI) cometió un genocidio contra los yazidíes, los cristianos y los chiíes en Siria e Irak. Por ello, solicita que se abra una investigación internacional independiente que condene a quienes son responsables de dichas atrocidades.
En el verano de 2014, al penetrar en Siria, las milicias del EI ocuparon Mosul y la Llanura de Nínive, obligando a los cristianos a huir, o a la conversión al islam, o al pago de una exorbitante tasa para los protegidos (jizya). Más de 100.000 cristianos, aterrorizados por las masacres llevadas a cabo por las milicias radicales islámicas, huyeron rumbo al Kurdistán.
En agosto de 2014, se dio el regreso de los yazidíes al monte Sinjar, casi en la frontera con Turquía, considerados “paganos” y “adoradores del diablo”, la condena a muerte ya estaba signada para ellos.
Cientos de hombres y jóvenes fueron masacrados; las mujeres , las jóvenes e incluso hasta las niñas de pocos años de edad fueron asesinadas, o bien utilizadas como esclavas sexuales, o vendidas como esclavas en los mercados.
Kerry recordó también la matanza de los cristianos en Libia, así como la de los miles de chiíes en Siria y en Irak (considerados herejes por el sunismo radical). La declaración de Kerry ocurre a pocos días de la votación en el Congreso, que aprobó la definición de “genocidio” para los crímenes cometidos por el EI.
Esta es la segunda vez, en la historia reciente de la administración de los EEUU, que se declara un genocidio, luego de la declaración del año 2004, en la cual se hacía referencia a la situación de Darfur.
La acusación podría conducir a una posible acción del Consejo de Seguridad de la ONU y coagular aun más a la comunidad internacional en contra del Estado Islámico.
La implicaciónd e Estados Unidos
Sin embargo, un hecho que Kerry parece no tomar en consideración es hasta qué punto los Estados Unidos han contribuido al genocidio obrado por el EI. Quizás no de modo directo, pero si lo ha hecho, por lo menos, de manera indirecta.
No es secreto que el EI nació del Estado islámico de Irak, a quien se le dio caza en Siria en tiempos del General Petreus, y que regresó a Irak en el 2014, tras años en los que los Estados Unidos habían prohibido toda presencia sunita-saddamita en los ganglios de la sociedad iraquí.
La marginación de los colaboradores de Saddam Hussein (no sólo generales, sino también jueces, soldados, burócratas…), buscada por los EEUU, creó un clima favorable al ISIS. Y actualmente, los otrora generales de Saddam Hussein, bien entrenados, se encuentran al mando de las milicias de los genocidas.
Tampoco hay secreto alguno en el apoyo económico y militar que Arabia Saudita –gran aliada de los EEUU-, junto a Qatar y Kuwait, ha brindado a los grupos de opositores de Bashar al-Assad, vencidos y luego robados por el Estado Islámico, que así lograron pertrecharse de las más avanzadas armas tecnológicas, vendidas, a su vez, por los EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania…
EEUU combate a ISIS en Irak, pero no en Siria
Y no es tampoco un secreto que los Estados Unidos, a pesar de estar conduciendo una coalición internacional que combatía (y combate) al EI, por mucho tiempo haya preferido tan sólo “contener” a ISIS y combatirlo en Irak, pero no así en Siria. Sólo tras la intervención rusa se ha visto algún tipo de acción decisiva de la coalición comandada por EEUU.
Open Doors, una ONG de origen protestante, ha efectuado una clasificación de las 50 naciones donde los cristianos son más perseguidos. Si la primera en el ranking es Corea del Norte, la segunda es justamente Irak; la cuarta es Afganistán; la quinta es Siria; Libia está en el décimo puesto. Todos estos son países donde los Estados Unidos –en coaliciones internacionales- han intervenido militarmente.
En el año 2004, el Irak de Saddam Hussein estaba en 32do puesto; Siria, 10 años atrás, era el 47mo; Libia estaba en el 22do; Afganistán, en el 11mo.
Open Doors afirma que en el año 2015 más de 7.000 cristianos fueron asesinados por su fe. Esta cifra es casi el doble que la del 2014.
Si, por lo tanto, ha de juzgarse al EI por genocidio, ha de decirse también que hay “colaboradores” del genocidio, que tienen más en cuenta sus propios intereses estratégicos o económicos, que los destinos de los pueblos con los que se entra en contacto.
En el verano de 2014, al penetrar en Siria, las milicias del EI ocuparon Mosul y la Llanura de Nínive, obligando a los cristianos a huir, o a la conversión al islam, o al pago de una exorbitante tasa para los protegidos (jizya). Más de 100.000 cristianos, aterrorizados por las masacres llevadas a cabo por las milicias radicales islámicas, huyeron rumbo al Kurdistán.
En agosto de 2014, se dio el regreso de los yazidíes al monte Sinjar, casi en la frontera con Turquía, considerados “paganos” y “adoradores del diablo”, la condena a muerte ya estaba signada para ellos.
Cientos de hombres y jóvenes fueron masacrados; las mujeres , las jóvenes e incluso hasta las niñas de pocos años de edad fueron asesinadas, o bien utilizadas como esclavas sexuales, o vendidas como esclavas en los mercados.
Kerry recordó también la matanza de los cristianos en Libia, así como la de los miles de chiíes en Siria y en Irak (considerados herejes por el sunismo radical). La declaración de Kerry ocurre a pocos días de la votación en el Congreso, que aprobó la definición de “genocidio” para los crímenes cometidos por el EI.
Esta es la segunda vez, en la historia reciente de la administración de los EEUU, que se declara un genocidio, luego de la declaración del año 2004, en la cual se hacía referencia a la situación de Darfur.
La acusación podría conducir a una posible acción del Consejo de Seguridad de la ONU y coagular aun más a la comunidad internacional en contra del Estado Islámico.
La implicaciónd e Estados Unidos
Sin embargo, un hecho que Kerry parece no tomar en consideración es hasta qué punto los Estados Unidos han contribuido al genocidio obrado por el EI. Quizás no de modo directo, pero si lo ha hecho, por lo menos, de manera indirecta.
No es secreto que el EI nació del Estado islámico de Irak, a quien se le dio caza en Siria en tiempos del General Petreus, y que regresó a Irak en el 2014, tras años en los que los Estados Unidos habían prohibido toda presencia sunita-saddamita en los ganglios de la sociedad iraquí.
La marginación de los colaboradores de Saddam Hussein (no sólo generales, sino también jueces, soldados, burócratas…), buscada por los EEUU, creó un clima favorable al ISIS. Y actualmente, los otrora generales de Saddam Hussein, bien entrenados, se encuentran al mando de las milicias de los genocidas.
Tampoco hay secreto alguno en el apoyo económico y militar que Arabia Saudita –gran aliada de los EEUU-, junto a Qatar y Kuwait, ha brindado a los grupos de opositores de Bashar al-Assad, vencidos y luego robados por el Estado Islámico, que así lograron pertrecharse de las más avanzadas armas tecnológicas, vendidas, a su vez, por los EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania…
EEUU combate a ISIS en Irak, pero no en Siria
Y no es tampoco un secreto que los Estados Unidos, a pesar de estar conduciendo una coalición internacional que combatía (y combate) al EI, por mucho tiempo haya preferido tan sólo “contener” a ISIS y combatirlo en Irak, pero no así en Siria. Sólo tras la intervención rusa se ha visto algún tipo de acción decisiva de la coalición comandada por EEUU.
Open Doors, una ONG de origen protestante, ha efectuado una clasificación de las 50 naciones donde los cristianos son más perseguidos. Si la primera en el ranking es Corea del Norte, la segunda es justamente Irak; la cuarta es Afganistán; la quinta es Siria; Libia está en el décimo puesto. Todos estos son países donde los Estados Unidos –en coaliciones internacionales- han intervenido militarmente.
En el año 2004, el Irak de Saddam Hussein estaba en 32do puesto; Siria, 10 años atrás, era el 47mo; Libia estaba en el 22do; Afganistán, en el 11mo.
Open Doors afirma que en el año 2015 más de 7.000 cristianos fueron asesinados por su fe. Esta cifra es casi el doble que la del 2014.
Si, por lo tanto, ha de juzgarse al EI por genocidio, ha de decirse también que hay “colaboradores” del genocidio, que tienen más en cuenta sus propios intereses estratégicos o económicos, que los destinos de los pueblos con los que se entra en contacto.
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