El patriarca caldeo denuncia la ley iraquí de islamización forzosa de los niños de padre musulmán
En respuesta a la convocatoria del Patriarca Raphael Louis Sako, el consejo diocesano de Bagdad organizó el martes una protesta pacífica contra el artículo 26 de la Constitución, relativo a la “islamización de los hijos”. El acto se celebró en la iglesia local de San Jorge y recibió el apoyo de la Asociación Caldea.
La protesta contó con la presencia de representantes de las comunidades cristianas y de organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y ciudadanos cristianos y musulmanes.
La protesta, organizada por la Iglesia caldea, se inició con el himno nacional, seguido por la intervención del patriarca, quien destacó que "la libertad es para todos, incluyendo la libertad de religión", y "no puede haber una asignación obligatoria por la ley de la fe, que es una gracia de Dios".
Por eso "la aprobación por el parlamento iraquí de la Carta Nacional unificada con la ley de 27 de octubre 2015 es una coacción contra los niños cristianos, yazidis y sabeos" menores de 18 años, obligados a "convertirse al Islam cuando uno de los padres proclame oficialmente ser musulmán (art. 26.2). Una ley que causa un daño grave "a la unidad y el equilibrio de la comunidad, a su pluralismo religioso y al principio de la convivencia nacional".
La ley, además, es "una afrenta a numerosas disposiciones de la Constitución iraquí", como el artículo 3, que establece que "Irak es un país multiétnico"; el 37.2, según el cual "el Estado garantizará la protección de la persona de la coacción del pensamiento político y religioso"; y el 42, que dice que "toda persona tiene la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión", lo cual, según el artículo 18 de la Carta de los Derechos Humanos, "incluye la libertad de cambiar de religión o de creencias y la libertad de expresión en la enseñanza, la práctica y el culto y su observancia privada y comunitaria".
El patriarca Sako dio las gracias "a nuestros hermanos musulmanes" que votaron en contra de la aprobación del artículo 26 y a los representantes de las minorías que se manifestarban fuera del Parlamento durante la votación. Y recordó los testimonios de apoyo y solidaridad recibidos de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en Irak, que no dejan de hacer oír su voz "en contra de esta ley injusta".
"Pedimos que los hijos menores de edad puedan conservar su religión y sean libres para elegir de acuerdo a sus creencias cuando cumplan la mayoría de edad", dijo el patriarca, quien advirtió: "Si el Parlamento aplica la ley, haremos oír nuestra voz en el ámbito internacional, incluyendo la denuncia del propio Parlamento iraquí ante el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos".
"Es lamentable", concluyó Mar Sako, "que el Parlamento iraquí se ocupe de la cuestión de la religión del niño, dejando de lado otros temas clave: la liberación de las zonas ocupadas por el Estado Islámico, la lucha contra la corrupción, y los servicios y la asistencia a los tres millones de refugiados al acercarse el invierno, la lucha contra el desempleo y el derecho a la educación de la juventud"
La protesta contó con la presencia de representantes de las comunidades cristianas y de organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y ciudadanos cristianos y musulmanes.
La protesta, organizada por la Iglesia caldea, se inició con el himno nacional, seguido por la intervención del patriarca, quien destacó que "la libertad es para todos, incluyendo la libertad de religión", y "no puede haber una asignación obligatoria por la ley de la fe, que es una gracia de Dios".
Por eso "la aprobación por el parlamento iraquí de la Carta Nacional unificada con la ley de 27 de octubre 2015 es una coacción contra los niños cristianos, yazidis y sabeos" menores de 18 años, obligados a "convertirse al Islam cuando uno de los padres proclame oficialmente ser musulmán (art. 26.2). Una ley que causa un daño grave "a la unidad y el equilibrio de la comunidad, a su pluralismo religioso y al principio de la convivencia nacional".
La ley, además, es "una afrenta a numerosas disposiciones de la Constitución iraquí", como el artículo 3, que establece que "Irak es un país multiétnico"; el 37.2, según el cual "el Estado garantizará la protección de la persona de la coacción del pensamiento político y religioso"; y el 42, que dice que "toda persona tiene la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión", lo cual, según el artículo 18 de la Carta de los Derechos Humanos, "incluye la libertad de cambiar de religión o de creencias y la libertad de expresión en la enseñanza, la práctica y el culto y su observancia privada y comunitaria".
El patriarca Sako dio las gracias "a nuestros hermanos musulmanes" que votaron en contra de la aprobación del artículo 26 y a los representantes de las minorías que se manifestarban fuera del Parlamento durante la votación. Y recordó los testimonios de apoyo y solidaridad recibidos de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en Irak, que no dejan de hacer oír su voz "en contra de esta ley injusta".
"Pedimos que los hijos menores de edad puedan conservar su religión y sean libres para elegir de acuerdo a sus creencias cuando cumplan la mayoría de edad", dijo el patriarca, quien advirtió: "Si el Parlamento aplica la ley, haremos oír nuestra voz en el ámbito internacional, incluyendo la denuncia del propio Parlamento iraquí ante el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos".
"Es lamentable", concluyó Mar Sako, "que el Parlamento iraquí se ocupe de la cuestión de la religión del niño, dejando de lado otros temas clave: la liberación de las zonas ocupadas por el Estado Islámico, la lucha contra la corrupción, y los servicios y la asistencia a los tres millones de refugiados al acercarse el invierno, la lucha contra el desempleo y el derecho a la educación de la juventud"
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