Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

«Fratelli»: dos congregaciones unidas con los refugiados

Un marista español y un mexicano, hermano de La Salle, llegan a Líbano con un proyecto conjunto

El joven mexicano Andres Porras, hermano de La Salle, y el español Miquel Cubieles, marista, trabajan juntos en el Proyecto Fratelli en Líbano
El joven mexicano Andres Porras, hermano de La Salle, y el español Miquel Cubieles, marista, trabajan juntos en el Proyecto Fratelli en Líbano

ReL

Los misioneros Miquel Cubeles (español, hermano marista) y Andrés Porras (mexicano, hermano de La Salle) trabajan desde septiembre en un proyecto educativo en el Líbano, un país donde hay un millón y medio de refugiados, de los que más de 400.000 son niños y jóvenes.

Cubeles, nacido en Zaragoza, de 59 años, y Andrés Porras, mexicano, de 31 años, pertenecen a dos congregaciones diferentes -maristas y De La Salle, respectivamente-, pero trabajan en el proyecto "Fratelli" -"Hermanos"- con el objetivo de responder a las necesidades educativas de niños y jóvenes refugiados en el Líbano.

Animados por la llamada del Papa Francisco a dejar sus lugares de confort y salir a las periferias, donde la vida humana es más vulnerable, los religiosos decidieron que, ante el fenómeno de la guerra en Siria y la gran cantidad de refugiados y desplazados, Líbano podía ser "un lugar de frontera donde trabajar".

Recién llegados a la zona, advierten que la realidad libanesa es "compleja" y que tienen que "escuchar, ver y callar mucho, al principio", por lo que "la respuesta y la acción profunda no será rápida ni a corto plazo.

Muchos en Líbano recuerdan la guerra contra Siria de hace unos años: ayudar a los sirios no está bien visto por todos, ni siquiera entre los cristianos. Muchos perdieron familiares en esa guerra. También hay animadversión hacia Israel, y las fronteras con este país están cerradas.

Miles de niños y jóvenes refugiados en el Líbano no pueden estudiar. "En el mejor de los casos trabajan, en el peor, vagan por las calles a merced de las drogas u otros grupos que pueden influenciarlos mal, o están sin hacer nada en su casa", relatan.

"Podría ser difícil aportar mucho para alguien que, como nosotros, no conoce la cultura a fondo o la lengua para comunicarse, pero hay un idioma universal que es igual o más efectivo: el del amor, es decir, el del Evangelio", expplican los misioneros.

Todo el mundo entiende y agradece una sonrisa, una broma, un juego o un saludo, indican antes de señalar que "un misionero puede ser signo de esperanza y alegría en momentos concretos del día de una persona que sufre o que no es escuchada", además de colaborar en proyectos de atención social, educativa o sanitaria.

"Insertados en una ciudad de la periferia de Beirut, hoy muchos de nuestros vecinos son personas que viven el drama del desplazamiento a causa de la guerra. Compartimos sus angustias y sus esperanzas", confiesan.

Primeras impresiones
Al poco de llegar, el hermano Miquel Cubeles escribe estas líneas con fecha 8 de septiembre de 2015:

»Las dificultades me las voy encontrando ahora con tanto para soñar y hacer. Estoy en Beirut, desde principios de septiembre, con un joven hermano mexicano de La Salle que se llama Andrés. Tratamos de ser simplemente hermanos en búsqueda y en camino para acercarnos y vivir con los niños y jóvenes de Siria, Irak, Armenia, Palestina…

»Hemos sintonizado y donde no llegan todavía los proyectos y las piedras, llega la confianza, la oración y el apoyo fraterno. Las comunidades del Líbano nos acogen y acompañan en nuestros primeros pasos, pero el camino lo tenemos que ir haciendo nosotros, junto a otras personas que nos irán apoyando.

»Los niños, los jóvenes y sus familias – o quizás sin familia - ya están aquí: más de un millón y medio de refugiados en un país pequeño que no llega a los cinco millones de habitantes. En estos días, todo esto está coincidiendo con el éxodo de otros tantos refugiados hacia Europa, llamando a vuestras puertas. Seguro que seréis generosos y creativos.

»Dios sabrá lo que quiere de cada uno de nosotros, pero nunca acabaremos de entender por qué pasan estas cosas. Tengo claro que Dios me quiere en medio de los hermanos más vulnerables. Hoy me ha traído aquí al Líbano y lo vivo como “un nuevo comienzo” en muchos sentidos: país, idioma cultura, intercongregacionalidad… Todo un desafío y una riqueza.

»Pero el auténtico nuevo comienzo lo entiendo como un estar más abierto a Dios para ser más instrumentos de su amor, auténticos hermanos comprometidos con la justicia. Con toda humildad os lo digo, sin citas demasiado textuales, desde mi experiencia vital. Maristas, laicos y hermanos, abriéndonos a la acción de Dios, haciendo camino allí donde Dios quiera que haya “un nuevo comienzo”. Gracias, Jesús, por caminar contigo en este momento de mi vida.

El proyecto Fratelli, en vídeo
Maristas y Hermanos de La Salle han lanzado oficialmente el documental “El Proyecto Fratelli” explicando cómo están ayudando a los niños refugiados en el Líbano. El vídeo, lanzado el 29 de septiembre, incluye una entrevista con el Patriarca Boutros Rai, líder de los católicos maronitas, la mayor de las iglesias católicas de rito oriental en Asia. En el vídeo hablan también los superiores de ambas congregaciones: Emili Turú, de los maristas, y Robert Schieler, de La Salle. Es también una invitación a otras congregaciones que deseen colaborar.

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