Jean-Baptiste Pham Minh Man, modelo pastoral
Francisco muestra preferencia por el cardenal vietnamita cuya diócesis va como un tiro
El Papa ha dejado claro que quiere que la Iglesia salga a buscar a las ovejas. Un ejemplo parece quedar aparentemente «lejos».
Más allá de la anécdota de que fue el último en unirse al cónclave del 12 de marzo, Religión en Libertad destacó la importante labor pastoral del cardenal Jean-Baptiste Pham Minh Man, arzobispo de Ciudad Ho Chi Minh (antigua Saigón). En sus quince años al frente de la diócesis se ha multiplicado el número de fieles (31%), de sacerdotes diocesanos (33%), de sacerdotes religiosos (94%) y de religiosos y religiosas (107%: se han más que doblado).
Con 79 años recién cumplidos, tiene más que cumplida la edad de jubilación, pero a tenor de lo que cuenta la agencia Zenit, el Papa Francisco no prescindirá de él salvo que no haya otro remedio.
Por dos veces (el 13 de marzo, y luego el 15 de marzo, en la recepción al colegio cardenalicio), después de su elección, el nuevo Papa se inclinó para besar el anillo episcopal del purpurado vietnamita. Esta atención especial sorprendió e intrigó, y el mismo cardenal Pham Minh Man se ha referido a ese gesto particular de Francisco respecto a él en una entrevista reproducida por Iglesias de Asia, la agencia de las Misiones extranjeras de París.
El papa Francisco es "un hombre de corazón sincero y modesto, lleno de bondad y de una amplia visión", dijo el cardenal. Le conoció "durante los días previos al cónclave a través de sus intervenciones" en las congregaciones generales, donde los cardenales "tuvieron la posibilidad de conocerse más, de tratarse y de simpatizar".
El cardenal Pham Minh Man explica que el cónclave se vivió "en un clima sereno, amistoso y descansado, en la comunión fraterna", gracias "al período preliminar de una semana durante la cual los cardenales se prepararon muy cuidadosamente". En su opinión, el desafío más ardiente hoy es "la corriente de secularización que transforma la vida espiritual de numerosos católicos en un verdadero desierto, seca en su fervor religioso, que los atrae hacia las maneras de ser de este mundo y los hace accesibles a las tentaciones del demonio".
En este contexto, invita "al servicio de la vida humana en el diálogo y no en la confrontación, en la colaboración en lugar de la exclusión mutua". "Lo más importante", conclyó, está "en ponerse bajo la guia del Espíritu, y en el seguimiento del Señor Jesús ".
Con 79 años recién cumplidos, tiene más que cumplida la edad de jubilación, pero a tenor de lo que cuenta la agencia Zenit, el Papa Francisco no prescindirá de él salvo que no haya otro remedio.
Por dos veces (el 13 de marzo, y luego el 15 de marzo, en la recepción al colegio cardenalicio), después de su elección, el nuevo Papa se inclinó para besar el anillo episcopal del purpurado vietnamita. Esta atención especial sorprendió e intrigó, y el mismo cardenal Pham Minh Man se ha referido a ese gesto particular de Francisco respecto a él en una entrevista reproducida por Iglesias de Asia, la agencia de las Misiones extranjeras de París.
El papa Francisco es "un hombre de corazón sincero y modesto, lleno de bondad y de una amplia visión", dijo el cardenal. Le conoció "durante los días previos al cónclave a través de sus intervenciones" en las congregaciones generales, donde los cardenales "tuvieron la posibilidad de conocerse más, de tratarse y de simpatizar".
El cardenal Pham Minh Man explica que el cónclave se vivió "en un clima sereno, amistoso y descansado, en la comunión fraterna", gracias "al período preliminar de una semana durante la cual los cardenales se prepararon muy cuidadosamente". En su opinión, el desafío más ardiente hoy es "la corriente de secularización que transforma la vida espiritual de numerosos católicos en un verdadero desierto, seca en su fervor religioso, que los atrae hacia las maneras de ser de este mundo y los hace accesibles a las tentaciones del demonio".
En este contexto, invita "al servicio de la vida humana en el diálogo y no en la confrontación, en la colaboración en lugar de la exclusión mutua". "Lo más importante", conclyó, está "en ponerse bajo la guia del Espíritu, y en el seguimiento del Señor Jesús ".
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