Los Hernmanos Musulmanes en el poder
Egipto: inquietud entre los cristianos por la pretensión de los islamistas de imponer la sharia
Son horas muy tensas las que se están viviendo en Egipto por los problemas entre el nuevo presidente Morsi y el Consejo de los militares con respecto a la decisión de la Suprema Corte de disolver al Parlamente. Más allá de los que serán los resultados, en El Cairo se está llevando otro enfrentamiento con respecto al artículo II de la nueva Constitución, crucial y en el que se afirma el papel de la sharia (la ley islámica) en relación con las leyes del estado. Un tema fundamental en un país en el que la caída del régimen de Mubarak permitió que los islamistas llegaran al poder. Sobre este tema la minoría copta espera comprobar si las promesas que hicieron los Hermanos Musulmanes son confiables o no.
No está en discusión la referencia a la sharia en la Constitución, que ya figuraba cuando Mubarak y que no serán los islamistas quienes la quiten. El artículo II de la ley actual dice que «el islam es la religión oficial del Estado, el árabe es su lengua y los principios de la sharia son la fuente principal de la legislación». El problema radica en que los salafistas del partido “al Nour” (el ala de los islamistas más radical, con respecto a los Hermanos Musulmanes) la consideran una declaración demasiado vaga: en vez de citar «los principios» querrían que la Constitución hiciera una referencia explícita a las «reglas de la sharia». Un cambio que no solo es una cuestión de palabras.
En contra de esta postura, Ahmad al- Tayīb, el “shaykh” de al Azhar (la prestigiosa institución de El Cairo), se expresó públicamente y dijo que el artículo II debe permanecer inalterado. Una postura motivada no solo por la voluntad de defender a las minorías, sino también por la necesidad de evitar laceraciones internas en el mundo islámico egipcio: no todos los musulmanes, de hecho, están de acuerdo con la forma de aplicar la sharia que indican los salafistas. Sin embargo, esta declaración de al-Tayīb ha suscitado críticas feroces de parte de la cúpula del partido de “al Nour”. Los líderes de los Hermanos Musulmanes que defendieron al “shaykh” de al Azhar di al Azhar también recibieron duras críticas de los salafistas, quienes recordaron que Morsi fue elegido gracias a su voto.
Lo cierto es que, para los coptos, el cambio del artículo constitucional sería un paso inaceptable. Además indicaron que pretenden que se añada una frase al artículo en cuestión en la que se especifique que «los no musulmanes pueden recurrir a las propias leyes religiosas para las materias relacionadas con la religión y con el estatus de las personas».
Sin embargo, hay también otro frente en el que los salafistas están levantando sus barricadas contra los cristianos de El Cairo: no les gustó que, durante la campaña electoral, Morsi hubiera prometido la vicepresidencia a un copto (como también prometió su adversario Shafiq). Están presionando para que esta promesa no se cumpla. Por su parte, los coptos quieren que el vicepresidente no sea un cristiano “de fachada”, sino una figura representativa de la comunidad, e indican los nombres del ex ministro de Turismo, ‘Abd al-Nūr, o del empresario Hānī ‘Azīz.
El tema de la sharia, mientras tanto, se ha encendido también en el cercano Túnez: allí, el partido islámico “Ennhada” aceptó en marzo no incluir una referencia explícita a la ley islámica en la Constitución, para confirmar el “status quo”. Esta decisión provocó la ira del islam más radical: el líder de al Qaeda, al Zawahari, montó en cólera por todo lo que ha sucedido en Túnez. Ahora, mientras tanto, está registrando un aumento considerable la presión para que el partido “Ennhada” cambie su posición al respecto.
No está en discusión la referencia a la sharia en la Constitución, que ya figuraba cuando Mubarak y que no serán los islamistas quienes la quiten. El artículo II de la ley actual dice que «el islam es la religión oficial del Estado, el árabe es su lengua y los principios de la sharia son la fuente principal de la legislación». El problema radica en que los salafistas del partido “al Nour” (el ala de los islamistas más radical, con respecto a los Hermanos Musulmanes) la consideran una declaración demasiado vaga: en vez de citar «los principios» querrían que la Constitución hiciera una referencia explícita a las «reglas de la sharia». Un cambio que no solo es una cuestión de palabras.
En contra de esta postura, Ahmad al- Tayīb, el “shaykh” de al Azhar (la prestigiosa institución de El Cairo), se expresó públicamente y dijo que el artículo II debe permanecer inalterado. Una postura motivada no solo por la voluntad de defender a las minorías, sino también por la necesidad de evitar laceraciones internas en el mundo islámico egipcio: no todos los musulmanes, de hecho, están de acuerdo con la forma de aplicar la sharia que indican los salafistas. Sin embargo, esta declaración de al-Tayīb ha suscitado críticas feroces de parte de la cúpula del partido de “al Nour”. Los líderes de los Hermanos Musulmanes que defendieron al “shaykh” de al Azhar di al Azhar también recibieron duras críticas de los salafistas, quienes recordaron que Morsi fue elegido gracias a su voto.
Lo cierto es que, para los coptos, el cambio del artículo constitucional sería un paso inaceptable. Además indicaron que pretenden que se añada una frase al artículo en cuestión en la que se especifique que «los no musulmanes pueden recurrir a las propias leyes religiosas para las materias relacionadas con la religión y con el estatus de las personas».
Sin embargo, hay también otro frente en el que los salafistas están levantando sus barricadas contra los cristianos de El Cairo: no les gustó que, durante la campaña electoral, Morsi hubiera prometido la vicepresidencia a un copto (como también prometió su adversario Shafiq). Están presionando para que esta promesa no se cumpla. Por su parte, los coptos quieren que el vicepresidente no sea un cristiano “de fachada”, sino una figura representativa de la comunidad, e indican los nombres del ex ministro de Turismo, ‘Abd al-Nūr, o del empresario Hānī ‘Azīz.
El tema de la sharia, mientras tanto, se ha encendido también en el cercano Túnez: allí, el partido islámico “Ennhada” aceptó en marzo no incluir una referencia explícita a la ley islámica en la Constitución, para confirmar el “status quo”. Esta decisión provocó la ira del islam más radical: el líder de al Qaeda, al Zawahari, montó en cólera por todo lo que ha sucedido en Túnez. Ahora, mientras tanto, está registrando un aumento considerable la presión para que el partido “Ennhada” cambie su posición al respecto.
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