Los laicos, los más renuentes
Los anglicanos ingleses podrían aprobar las mujeres-obispo
El sínodo general de la Iglesia de Inglaterra se reúne desde este viernes para una decisión histórica.
Los anglicanos de Inglaterra se enfrentan a una decisión trascendental para ellos: admitir la designación de obispas, algo que ya hacen los anglicanos de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá y Australia.
Desde este viernes 6 hasta el martes 10 de julio se reúne en York el sínodo general de la Iglesia de Inglaterra. La votación al respecto será el lunes 9, y el resultado es muy incierto. La propuesta tiene un amplio respaldo (42 de 44 diócesis y 12.000 de 13.000 parroquias la apoyan), pero sus mismos partidarios podrían estar interesados en retrasarla.
La razón es que, durante la tramitación de la propuesta, en febrero se rechazó una enmienda de los anglicanos contrarios a la ordenación de mujeres-obispo, según la cual éstas tendrían asignado un obispo varón auxiliar para ejercer la autoridad en aquellas parroquias que rechazan esta novedad. Sin embargo, en mayo se introdujo una variante, y es que las obispas podrían delegar sus funciones en un varón para resolver los conflictos con las parroquias más tradicionales.
Los partidarios de la ordenación de mujeres-obispo consideran que esto sería una marcha atrás, y por tanto podrían derrotar el lunes una reforma que incluyese esa excepción, sabedores de que en 2013 o 2014 terminarán consiguiendo sin duda la reforma completa, y la Iglesia de Inglaterra tendría así su primera obispa sin limitaciones.
Por otro lado, incluso los partidarios de la ordenación de mujeres-obispo más moderados consideran imprescindible hacer concesiones a los anglicanos más tradicionalistas, ante el temor de que se sumen al imparable flujo de conversiones a la Iglesia católica.
Actualmente, casi una tercera parte de los 11.000 miembros del clero anglicano son ya sacerdotisas, y han ido adquiriendo puestos de responsabilidad como archidiaconisas o diaconisas, por lo cual se considera ineluctable que antes o después alcancen también el episcopado.
La votación requiere una mayoría de dos tercios en cada uno de los tres grupos del sínodo: obispos, clero y laicos. Es entre estos últimos donde las reticencias son mayores, y donde la votación será más reñida.
Desde este viernes 6 hasta el martes 10 de julio se reúne en York el sínodo general de la Iglesia de Inglaterra. La votación al respecto será el lunes 9, y el resultado es muy incierto. La propuesta tiene un amplio respaldo (42 de 44 diócesis y 12.000 de 13.000 parroquias la apoyan), pero sus mismos partidarios podrían estar interesados en retrasarla.
La razón es que, durante la tramitación de la propuesta, en febrero se rechazó una enmienda de los anglicanos contrarios a la ordenación de mujeres-obispo, según la cual éstas tendrían asignado un obispo varón auxiliar para ejercer la autoridad en aquellas parroquias que rechazan esta novedad. Sin embargo, en mayo se introdujo una variante, y es que las obispas podrían delegar sus funciones en un varón para resolver los conflictos con las parroquias más tradicionales.
Los partidarios de la ordenación de mujeres-obispo consideran que esto sería una marcha atrás, y por tanto podrían derrotar el lunes una reforma que incluyese esa excepción, sabedores de que en 2013 o 2014 terminarán consiguiendo sin duda la reforma completa, y la Iglesia de Inglaterra tendría así su primera obispa sin limitaciones.
Por otro lado, incluso los partidarios de la ordenación de mujeres-obispo más moderados consideran imprescindible hacer concesiones a los anglicanos más tradicionalistas, ante el temor de que se sumen al imparable flujo de conversiones a la Iglesia católica.
Actualmente, casi una tercera parte de los 11.000 miembros del clero anglicano son ya sacerdotisas, y han ido adquiriendo puestos de responsabilidad como archidiaconisas o diaconisas, por lo cual se considera ineluctable que antes o después alcancen también el episcopado.
La votación requiere una mayoría de dos tercios en cada uno de los tres grupos del sínodo: obispos, clero y laicos. Es entre estos últimos donde las reticencias son mayores, y donde la votación será más reñida.
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