En dos iglesias
Al menos 17 cristianos muertos en un ataque en Kenia de la milicia islamista Al Shabab
A la medusa del radicalismo religioso le crecen las cabezas. Al menos 17 personas fallecieron y más de 50 resultaban heridas este domingo en dos atentados registrados en la ciudad de Garissa, al noreste de Kenia, según confirmó Philip Ndulu, político local.
«Los ataques se produjeron a primera hora de la mañana en la principal catedral de la localidad, así como en un centro religioso de la Africa Inland Church (una de las principales congregaciones del país) cuando varios hombres enmascarados abrieron fuego y lanzaron granadas contra la multitud», añadió.
Éste es el primer incidente severo contra una iglesia del país desde que tropas del Ejército de Kenia se adentraran, el pasado mes de octubre, 100 kilómetros en Somalia, como medida de castigo a los últimos secuestros de extranjeros protagonizados en la frontera (entre ellos, el de las españolas Montserrat Serra y Blanca Thiebaut).
En respuesta, Sheikh Ali Rage, portavoz y número dos de la milicia islamista de Al Shabab, advirtió de que Kenia debería «afrontar las consecuencias» por haber «comenzado la guerra» con el despliegue de sus tropas en territorio somalí.
«El tiempo para pedir que se detenga la guerra ya ha pasado. La única opción es luchar contra ellos. Kenia fue quien inició la guerra y ahora tiene que afrontar las consecuencias», aseguró entonces el portavoz en un comunicado.
La reacción no se hizo esperar. Ese mismo mes, una persona fallecía y veinte resultaban heridas en dos ataques con granada registrados en Nairobi, en una acción vinculada, según la Policía local, a Al Shabab.
Asociaciones islamistas
Precisamente, el comandante al frente del mando de Estados Unidos para África (Africom), el general Carter F. Ham, denunciaba recientemente que tres de las principales milicias islamistas que operan en el continente africano -la somalí Al Shabab, la nigeriana Boko Haram y Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI)- se encuentran, en la actualidad, intentando «coordinar esfuerzos».
Y, lo cierto, es que los ataques de este domingo no hacen sino recordar al «modus operandi» habitual de Boko Haram.
Desde finales de 2010, más de 280 feligreses han perdido la vida en ataques de esta milicia contra centros cristianos en Nigeria. Otras 800 personas, en atentados con el único credo de la barbarie.
Y, ahora, el radicalismo religioso parece contagiarse en Kenia.
Condena del Vaticano
La Santa Sede calificó este domingo los atentados contra dos iglesias cristianas en la ciudad de Garissa, Kenia, en los que murieron al menos 17 personas, como actos "viles, hechos horribles y preocupantes".
"Los sangrientos atentados en Kenia, en la ciudad de Garissa, contra dos iglesias cristianas, entre ellas la catedral católica, durante el rezo dominical son un hecho horrible y muy preocupante", afirmó el director de la Sala de Prensa vaticana, padre Federico Lombardi.
El padre Lombardi añadió que "parece" que entre los grupos terroristas atacar a los cristianos reunidos los domingos en los lugares de culto se ha convertido "en un método particularmente eficaz para la difusión del odio y del miedo".
"La vileza de la violencia contra personas inermes reunidas pacíficamente para rezar es incalificable", subrayó Lombardi.
El portavoz expresó la solidaridad de la Iglesia a las víctimas y añadió que además de esa cercanía es necesario "reafirmar y defender decididamente la libertad religiosa de los cristianos y oponerse a actos irresponsables que alimenten el odio entre las diferentes religiones".
El padre Lombardi añadió que también hay que "actuar eficazmente" para lograr una solución "estable" a los "dramáticos" problemas de Somalia "que se reflejan en la región".
Los ataques fueron perpetrados de forma simultánea contra la iglesia African Inland Church (AIC) y la Iglesia Católica de Garissa, localidad próxima a la frontera con Somalia y al campo de refugiados somalíes de Daabad.
Según fuentes locales, además de los fallecidos, medio centenar de personas resultaron heridas en la Iglesia AIC, donde también se registró el mayor número de víctimas mortales, que se elevan a trece.
Kenia ha sufrido en los últimos seis meses varios ataques terroristas, tanto en Nairobi, como en Mombasa y el norte del país, que han causado una decena de muertos y numerosos heridos.
«Los ataques se produjeron a primera hora de la mañana en la principal catedral de la localidad, así como en un centro religioso de la Africa Inland Church (una de las principales congregaciones del país) cuando varios hombres enmascarados abrieron fuego y lanzaron granadas contra la multitud», añadió.
Éste es el primer incidente severo contra una iglesia del país desde que tropas del Ejército de Kenia se adentraran, el pasado mes de octubre, 100 kilómetros en Somalia, como medida de castigo a los últimos secuestros de extranjeros protagonizados en la frontera (entre ellos, el de las españolas Montserrat Serra y Blanca Thiebaut).
En respuesta, Sheikh Ali Rage, portavoz y número dos de la milicia islamista de Al Shabab, advirtió de que Kenia debería «afrontar las consecuencias» por haber «comenzado la guerra» con el despliegue de sus tropas en territorio somalí.
«El tiempo para pedir que se detenga la guerra ya ha pasado. La única opción es luchar contra ellos. Kenia fue quien inició la guerra y ahora tiene que afrontar las consecuencias», aseguró entonces el portavoz en un comunicado.
La reacción no se hizo esperar. Ese mismo mes, una persona fallecía y veinte resultaban heridas en dos ataques con granada registrados en Nairobi, en una acción vinculada, según la Policía local, a Al Shabab.
Asociaciones islamistas
Precisamente, el comandante al frente del mando de Estados Unidos para África (Africom), el general Carter F. Ham, denunciaba recientemente que tres de las principales milicias islamistas que operan en el continente africano -la somalí Al Shabab, la nigeriana Boko Haram y Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI)- se encuentran, en la actualidad, intentando «coordinar esfuerzos».
Y, lo cierto, es que los ataques de este domingo no hacen sino recordar al «modus operandi» habitual de Boko Haram.
Desde finales de 2010, más de 280 feligreses han perdido la vida en ataques de esta milicia contra centros cristianos en Nigeria. Otras 800 personas, en atentados con el único credo de la barbarie.
Y, ahora, el radicalismo religioso parece contagiarse en Kenia.
Condena del Vaticano
La Santa Sede calificó este domingo los atentados contra dos iglesias cristianas en la ciudad de Garissa, Kenia, en los que murieron al menos 17 personas, como actos "viles, hechos horribles y preocupantes".
"Los sangrientos atentados en Kenia, en la ciudad de Garissa, contra dos iglesias cristianas, entre ellas la catedral católica, durante el rezo dominical son un hecho horrible y muy preocupante", afirmó el director de la Sala de Prensa vaticana, padre Federico Lombardi.
El padre Lombardi añadió que "parece" que entre los grupos terroristas atacar a los cristianos reunidos los domingos en los lugares de culto se ha convertido "en un método particularmente eficaz para la difusión del odio y del miedo".
"La vileza de la violencia contra personas inermes reunidas pacíficamente para rezar es incalificable", subrayó Lombardi.
El portavoz expresó la solidaridad de la Iglesia a las víctimas y añadió que además de esa cercanía es necesario "reafirmar y defender decididamente la libertad religiosa de los cristianos y oponerse a actos irresponsables que alimenten el odio entre las diferentes religiones".
El padre Lombardi añadió que también hay que "actuar eficazmente" para lograr una solución "estable" a los "dramáticos" problemas de Somalia "que se reflejan en la región".
Los ataques fueron perpetrados de forma simultánea contra la iglesia African Inland Church (AIC) y la Iglesia Católica de Garissa, localidad próxima a la frontera con Somalia y al campo de refugiados somalíes de Daabad.
Según fuentes locales, además de los fallecidos, medio centenar de personas resultaron heridas en la Iglesia AIC, donde también se registró el mayor número de víctimas mortales, que se elevan a trece.
Kenia ha sufrido en los últimos seis meses varios ataques terroristas, tanto en Nairobi, como en Mombasa y el norte del país, que han causado una decena de muertos y numerosos heridos.
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