Dejad que os enriquezca
889. 4 de mayo de 1940. "Para hoy te pido la austeridad del espíritu. Que tu pensamiento sea una lámpara cuya flama suba directa hacia Mi Potencia, Mi Majestad y también hacia Mí Amor de Padre y de Esposo.
"Aún cuando tu no veas el resultado de tus plegarias ni de tus esfuerzos, no te desalientes. Piensa solamente que Yo lo sé todo, y pon de nuevo tu confianza entre las Manos de tu Redentor.
"Recuérdalo: Yo seré para ti El que tú quieras que sea. Si Me tratas como a un extraño, seré para ti solamente un Juez. Pero si Me tienes confianza seré tu Salvador. Y si vives en Mi Amor, seré tu Esposo amante, el Ser de tu ser."
890. 9 de mayo. Hora Santa. "Hoy eres tú la que Me va a hablar. Aquí estoy viéndote y te escucho con todo Mi Corazón." Le dije: "Señor, ten piedad de mí, como yo tengo piedad de Ti." El, como sonriendo, me dijo: ‘No crees que Yo tenga mayor compasión que tú? ¡Es lo natural! Tú te pones ante Mí para que Yo te dé cosas y al consolar de esta manera Mi Corazón ávido de dar, Me tienes piedad. ¡Oh, hijitos Míos, dejad que os enriquezca, ofrecedme con amplitud la oportunidad de santificaron! Sin Mí nada podéis; pero dadme la mano, dedicadme una mirada muy simple y muy confiada. Pensad: 'El es tan grande, puede cuanto quiere y es mi Padre y mi Amigo.' ¿Entonces?
"Pide al Padre que Yo viva en las almas. No sería vivir si no se ocuparan de Mí dentro de ellas.
"Qué bueno sería estar en ellas como un Huésped, como el más querido de todos los huéspedes; aquel a Quien se rodea de delicadezas sabiendo que toda atención mínima conmueve Su gran Delicadeza; y que tanta así es a menudo Su Pobreza, que cualquier limosna insignificante Lo hiere de amor."