Consuelo para Mi Agonía
1501. 8 de marzo, Hora Santa.
Yo: Señor, en el Cielo Tú no tendrás necesidad de mí, pero yo sí la tendré de Ti. Aunque no pudiera sino verte pasar una sola vez, esto sólo sería indeciblemente bueno.
El: Yo tengo necesidad de todos Mis elegidos y en la Tierra necesito a todas las almas, pues todas forman parte de Mi Cuerpo. Yo necesitaba que tú nacieras, como un corazón nuevo en
el aprendizaje de Mi Amor, como un ser más que glorificará a Mi Padre. Nada tan caro para Mí como la Gloria de Mi Padre, ¿cómo podría Yo negar Mi Ayuda a quienes la buscan y la quieren?
Vive, amiga Mía, para el Reino de Dios. No te concedas la disculpa de que eres pequeña, pues
toda creatura puede trabajar para que el Reino venga. Todo está en trabajar en Mí, para Mí y
conmigo; Yo Soy el que lo ha puesto todo en movimiento. ¿,No crees que si trabajas en Mi Trabajo estaremos más unidos?
Ni creas que los pequeños anhelos de la Tierra merezcan vivir: son demasiado cortos. Más, padecer trabajos y penalidades en vista de lograr la Gloria de Dios, se convierte en ciertas almas, bajo el impulso del Espirito Santo, en una verdadera pasión. Esa Gloria de Mi Padre por la cual di Yo la Vida está ahora en vuestras manos. Depende de lo que hagáis vosotros, creaturas hechas para conocer, amar y servir con fidelidad.
Imagínate que no consiguieras plenamente tu vocación, ¡cuánta no será tu tristeza cuando se desenvuelva ante tu mirada, con todos sus pormenores el panorama completo de tu vida! Imagínate ahora que hayas servido a tu Dios en la santidad de la vida, ¿no será acaso fácil encerrar tu muerte en los Brazos de Cristo? Pues, enciérrala ya desde ahora, día por día.
Cada día es un monumento de amor, así como para Mis enemigos cada día es una columna de odio. . . Sé su contrapeso. De este modo habrás sido un consuelo para Mi Agonía en el Huerto.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.