Tu vestidura del último viaje...
1498. 14 de febrero. Hora Santa.
Pensaba en arreglos financieros, en los impuestos y en otras cosas.
El: ¿No Soy Yo tu Tesoro eterno e infinito? Y las finanzas de la Tierra sirven para tan corto
tiempo. No les concedas largos pensamientos; solamente lo que sea indispensable. De lo
contrario, te expones al riesgo de que arrastren tu pensamiento. Iba a decir 'el corazón de tu
pensamiento', que Me pertenece.
¿No eres feliz cuando Me perteneces? ¿Has hallado en otra parte dulzuras como las que Yo te doy? ¿Conmigo no estas en tu casa, en familia, tú, Mi pequeña imagen querida?
Que tu sola preocupación sea la de estar siempre cerca de Mí y en las cosas de Mi Gloria y de Mi Reino, Mi Voluntad, Mi fiarme de las almas, Mis más delirados Deseos. Y ahora,
¿sabes lo que deseo esta tarde? Reposar en ti. Para ello, sé toda Mía. Clava tu pensamiento en Mi Corazón y en Sus Sufrimientos. Entonces Me parecerá que los compartes, Me darás un precioso socorro en el Jardín solitario.
¡Si supieras! Pero no, vosotros no sabéis lo que es para Mí vuestro pensamiento; si lo supiérais, lo dirigiríais más a vuestro Esposo.
Yo tomo, sin embargo, los nombres más dulces para invitaros a una respuesta y, a pesar de
eso, muchos Me tienen lejos, como un extraño que no se quiere ver mezclado en la propia vida.
Hasta en el momento de la muerte Me tienen miedo. Se marchan de aquí porque es inevitable, pero sin pensar para nada en echarse en Mis Brazos, que son los del Salvador, los del gran Amigo, los de un Dios que desposa, de un Creador que todo lo hizo en vosotros. ¿No sería lo más natural dárselo todo con alegría y agradecimiento?
Tú, hija, no obstante tu pequeñez, alcánzame con frecuencia como ensayando el postrer
vuelo. Puesto que ese día tiene que llegar, que tu alma piense en su vestidura del último viaje...
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.