¡Es tan poco lo que te impide verme!
1159. El tiempo era espléndido y yo decía: “Señor, creo que Tú estás presente en todos esos
árboles dorados, en la bruma de las praderas; y acaso Te hayas quedado presente también en mí desde la comunión de esta mañana." El: "Es tan poco lo que te impide verme! Tan poco. Cree en la obscuridad. Cree con fuerza. ¿Qué sería Yo capaz de negarte, a ti, que transcribes Mis Palabras?
Yo: "Señor, esto es una alegría, no mi mérito..,
El: ''Y si Yo quiero mostrarme magnífico? ¿Le impedirías tú explayarse a un corazón enamorado?
¿Puedes reducir las aguas del océano cuando se desbordan? Déjame amarte como Me place
amarte. ¿Cuándo Me conocerás lo suficiente como para que Mis Magnificencias no te asombren?
Eso sucederá cuando tú, ante un exceso de Dones, digas “¡Es El!”
1160. 8 de octubre de 1941. Después de la comunión no había yo tenido los ojos cerrados.
“Cuando se tiene en casa al Amigo más querido, al Esposo bien Amado, se cierran las ventanas para estar bien a solas con El, que ha venido. Así se prolongan de una parte y otra las expansiones."