Un alma enciende a otra
1366. 13 de abril.
Yo: Señor, que llegue Tu Reino.
El: Felicítame ya desde ahora, como si Mi Reino hubiera llegado. Es éste un trabajo en profundidad para toda alma creada y en ello está su felicidad más íntima, aun cuando ella no siempre lo comprenda. Ofréceme tu alma, para que Mi Reino la cubra toda entera. Sé una ‘hija de Dios’. ¿No Le das el hombre de Padre? ¡Y Lo es!
1367. 19 de abril de 1944.
Gracia para hoy: Mi Presencia. Vive de ahora en adelante del pensamiento de que tu Amigo está aquí. Tu influjo será multiplicado, pues un alma enciende a otra como un cirio enciende a otro.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.