Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Yo Soy para siempre

Gabriela Bossis

 1275. 22 de octubre. En la iglesia de Ingrandes. "Señor, estoy asustada." El: "¿Cómo
puede nadie asustarse ante su Padre y su Esposo? ¿No hay acaso entre nosotros perfecta
correspondencia? Te conozco toda entera, ¿cómo puedes sentirte intimidada? Déjame obrar en ti y con el corazón lleno de amor, dime: 'Mi Dios, tómalo todo'. Así estará bien, pues el que todo sea Mío es lo normal y más tarde lo verás. Yo lo pido todo porque lo merezco todo. Vuestra desgracia estaría en guardaros algo para vosotros, tanto en lo material cuanto en lo espiritual. Todo procede de Mí. Piénsalo, hija Mía. Devuélveme lo que Yo te he dado, añadiendo la gracia de tu sonrisa interior. Esta misma mañana viste cómo un sacrificio que se hace con alegría no es ya un sacrificio. Lo que realmente cuesta es lo que no se quiere dar. Lo que se rehusa, se va arrastrando.

Toma pues tu cruz sobre tus hombros y ¡en marcha! Cerca de Mí, siempre cerca de Mí. Cada
pensamiento que Me busca es como una mirada directa en Mis Ojos. Pon en ello un cariño
confiado, pues también Yo tengo confianza en ti que, sin embargo, eres bien poca cosa. Bien
puedes tú, entonces, tener confianza en Mí, que Soy el Infinito, el Todopoderoso. Piensa que Yo puedo dártelo todo, pero Me gusta que Me lo pidáis, Me gusta sentir los latidos de vuestro corazón, porque vosotros todos sois Mis pequeñitos muy amados."

Entonces pensé en mis amistades que he tenido en la Tierra, tan cortas todas ellas. Me dijo: "Yo Soy para siempre. Vosotros Me abandonáis, pero Yo no os abandono. Os aguardo en las
encrucijadas, como a los discípulos de Emaús. Y con frecuencia, Me quedo solo, porque los que Yo aguardaba tomaron otro camino. Pero Mi mirada no se quita de ellos, esperando que al menos en el momento de la muerte Me tiendan humildemente los brazos. Cuál no será entonces su dicha y su paz si se duermen sobre Mi Corazón. A veces su mala vida es completamente borrada, pues Me costaron Mi Sangre. Ruega por esas conversiones, ¡Me darás tanto gusto."'

 

 

 Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.

 

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