¡Si vieras en todos a tu Jesús!
1277. Todos los Santos. Le Fresne. Yo había colocado un ramillete de rosas sobre el
Crucifijo que está en mi sepulcro. Me dijo:"Te las devolveré más tarde."
1278. 12 de noviembre. "Comprende bien, hija Mía, que si Yo no estoy ya sobre la Tierra, os he dejado a vuestro prójimo; y que tus deseos de amarme, de servirme y de consolarme pueden tener su realización en el prójimo. En él puedes atenderme como antaño Me atendieron Martha y María. ¡Qué sonriente serías para todos si realmente vieras en todos a tu Jesús!
Piensa en ello, y no economices tus amabilidades, pues seré siempre Yo Quien las reciba. Tengo muchas maneras de responder a los que buscan agradarme.
"No debes asombrarte de tus lentitudes en llegar a Mí; pero has de pedir incesantemente la
ayuda de lo Alto, que es donde está la ocupación de tu alma. No prives al Cielo de estos vuelos del corazón. Porque el fin se acerca y tienes necesidad de contactos más cálidos y frecuentes con el Más Allá; así como cuando se hace un viaje preciso y definitivo se tiene gusto en vivir por adelantado lo que nos está aguardando en los nuevos horizontes.
Di a tu Esposo: '¡Es tiempo ya de que nos veamos! ¿Cuándo me mostrarás la Dulzura de Tu Rostro? ¡Ya he caminado bastante en el desierto! ¿Por qué no pueda aún dejar esta Tierra árida y fría para caer entre Tus Brazos?
¡Enciende mis deseos! Apresura mis pasos; porque ya no puedo estar en ningún lugar. Haz que mi alma se escape de la red de mi cuerpo y que ese soplo que Tú me diste, se pierda en Tu Ser!”
"Si Me hablas así Yo escucharé tu voz, pues Yo mismo estoy preparando el Encuentro. “Tu
dirás: ‘En dónde está mi Amado? Porque todavía no Me habrás visto, aunque siempre
estoy contigo, ya que estoy en todos los lugares. "Hija Mía, sé siempre atenta en el silencio.
Ofrécete al Padre envuelta en Mis Méritos. Implora el Amor del Espíritu Santo y abandónate sin mirar atrás, como Yo en el Gólgota."
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.