Pon tu corazón en el Mío
1026. 21 de noviembre. Hora Santa. Yo había ofrecido medios de información a unos padres que no tenían noticias de su hijo, que estaba en lnglaterra. Me dijo: "Haz todo eso como si Me
sirvieras a Mí. No lo hagas por sentir una complacencia o por agradarles, sino para darme gusto a Mi en ellos; porque tu pensamiento no debe en momento alguno apartarse de Mí, así como Mi Pensamiento no se aparta un instante de ti.
Si crees en esto, tu Esperanza será grande. Sí, espéralo todo de Mí, pues todo lo puedo en ti y en tu miseria. Como un esposo rico, que no escatima nada que pueda aumentar el contento de la esposa que escogió. Ella no tiene nada que hacer, fuera de dejarlo obrar en libertad, dejarlo embellecer su vida, sobre todo, si ella nació pobre. Y cuando se siente así colmada, su ternura y su gratitud son grandes. Sabes que apoyándose en el corazón de su esposo lo encanta y encuentra en ello su recompensa. Y si no obrara así, lo apenaría más de lo que ella piensa y él no se lo dirá nunca".
Así pues, cuando cada día prestas un servicio a tu prójimo, préstamelo a Mí en él; tu recompensa será muy alta. No quiero que nos separemos nunca; pídeme la fuerza necesaria para contrapesar tu ligereza. Y piensa que así la gente Me verá en ti, pues tu estarás cerca de Mí. ¡Qué hermoso es cuando se puede ver a Cristo a través de un alma! ¡Y cómo la irradiación de ella será más dulce y más impregnante!
Dame la mano y pon tu corazón en el Mío, y ve hacia los demás con tu pobreza revestida de tu Señor. El entonces te servirá a ti. Como ya no cuentas contigo misma, El te toma sobre sus
hombros y te lleva lleno de alegría. No te resistas, abandónate toda entera con una renovada
confianza, como si te murieras; porque eso es como una muerte: mueres para ti misma y con ello comienzas a vivir. Porque tu vida es tu Dios, tu Dios que te mueve.
¡Y tu confianza Me hace tan feliz! Con la felicidad de una madre con su hijito incapaz, que es más suyo de pequeño que más tarde cuando ya puede correr solo. Dame todo lo que tienes y toma todo lo que tengo. ¿Comprendes Mi Lenguaje de Amor? Un Amor de una violencia que supera todo cuanto te puedas imaginar sobre la Tierra; el Amor de un Dios que Se hace Hombre para demostrarse a los hombres. Todos saben que el amor más grande es el que da la vida por los amigos. Es lo que Yo hice, pero nadie lo toma en cuenta, ni está en condiciones de medir la inmensidad de Mi Amor. A ti hija, ¿te ha amado alguien como Yo? La respuesta de tu amor no será nunca bastante grande. Ven a Mí, ven, arrastra hacia Mí a todos los que te rodean, aunque sólo fuera por un día, o siquiera un breve momento. Ponme entre ellos y tú, y Yo abriré ampliamente Mis Brazos para abarcaros a todos."
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.