Mi Voluntad es toda de Amor
1462. 12 de septiembre. Hora Santa.
Si pasaras toda esta Hora Santa repitiendo simplemente: 'Hágase, Señor, Tu Voluntad', créeme que no perderías tu tiempo. Porque Mi Voluntad es toda de Amor; y es también por amor como Me pides las cosas y cuando la suma del amor sobrepase la cantidad de odio que hay sobre la Tierra, se habrá dado un paso importante.
El odio no es del Cielo, sino la respiración del Infierno. Ama, querida hija, no solamente a aquellos que son amables, sino también a los que te repelen. Trata de equilibrar el peso tremendo de lo que se opone directamente a Mi Voluntad de Dulzura y de Caridad. ¡Qué raros son los amigos de Mi Amor!
Durante estos días de reuniones de familia has aprendido cómo y cuánto puede el cariño
conducir a la alegría, al entendimiento cordial. Extiende en espíritu estas relaciones a la
humanidad entera, que no debería ser sino una sola familia y considera la paz que de ahí saldría.
Pero las cosas son al contrario...
Yo: Señor, yo querría de veras obtener esta paz feliz para el mundo entero.
El: Ora. Da el ejemplo de una amable Caridad. Mi Madre y San José fueron siempre buenos para todos los que los recibían cuando iban de viaje. Mucho tiempo después quedaba la memoria de su paso y era como una estela de Gracias.
¿No has recibido tú nunca oleadas de luz? No pases por el mundo como podría pasar otra persona cualquiera. Dame a los otros al dárteles tú, sea que escribas, sea que hables, pues Yo estoy siempre en ti.
Ayer viste a aquel inocente de la hostería de San G., que lleva un mes mudo porque su padre está ausente... Yo no te abandono jamás, ¿por qué no habrías de vivir tú y de hacer vivir a los otros en la abundancia? Supérate en la infinita Riqueza de tu Dios.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.