Busca la humildad amorosa
1333. 26 de agosto.
"Yo te he dado todo lo que posees y Soy capaz de doblar todavía Mis Dones. No Me he hecho menos rico, ni ha venido a menos Mi Amor.
Yo puedo santificarte en un instante, pero Me gusta tu lento y paciente trabajo, que te mantiene en la humildad. Busca la humildad amorosa, te elevará. El desaliento no ha levantado jamás a nadie.
Camina, camina, Yo caminaba rumbo al Calvario y, no obstante Mis Sufrimientos, llegué.
Mírame y tendrás un renovado valor. Y hazme el honor de llamarme en tu auxilio."
1334. 16 de septiembre, en la iglesia de Mesnil.
Búscame. Estoy donde tú estás, pero todavía falta que Me encuentres. Busca Mi Corazón y humíllate por tantos y tantos motivos y así humillada, Yo te tomaré en Mí. Yo fui humilde; imita a tu Esposo, para que puedas encontrarlo en ti. Este deseo te viene de Mí, de Mi Amor, de Mi necesidad de unión. Trata de comprenderlo y unirte más a Mi .
De ninguna otra manera podrías demostrarme mejor que Me amas. ¿Cómo amándome
soportaríais vivir para vosotros y para vuestros intereses?
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.