Yo morí por ti, muere tú por Mí
1320. 23 de mayo.
Después de la comunión. El: "Tú no tienes con frecuencia la ocasión para echarte al agua y salvar a alguien. Es en las circunstancias más ordinarias de la vida donde puedes, por Mi Amor, entregarte al servicio del prójimo. Cositas de nada, pero cargadas de un afecto que
las haga encantadoras. Es la intención lo que Yo busco siempre en ti y esto debes entenderlo. Y si no siempre consigues lo que buscas, Yo seré indulgente."
1321. 27 de mayo. En el campo, en una iglesia.
"¿Has llegado a comprender Mi Amor? ¿Piensas frecuentemente en El? Iba a preguntarte si piensas en El incesantemente. Esfuérzate por creer en El todavía más, porque es una delicia penetrar en El. Vive con Mi Amor; salúdalo todos los días al despertar y por la noche, duérmete en Sus Brazos. El Amor y Yo somos la misma cosa.
"Pero muchos hombres se forman una bien triste idea de Dios, una pobre idea de Jesucristo. Por eso les falta el entusiasmo de vivir. En otros tiempos, un hombre vivía para su rey y esto era algo muy estimado; pero vivir para Dios, es algo mucho más penetrante y como una irradiación de ternura. Sólo Yo puedo saciar vuestro corazón. ¡Pobre gente, ésa que pide la felicidad a quienes no la poseen!
Ahora dime, ¿a dónde podrías ir en busca de felicidad fuera de Mí? Yo le he amado desde toda la Eternidad y esto tú no lo puedes comprender. ¡Desde toda la Eternidad! Cree y
agradece. Y luego, ábrete a Mí, como una flor que se abre al sol y se despliega por él. Ábrete por Mí e irrádiame; trabajo exquisito para un alma que une sus fuerzas a las de Dios y el resultado es una dulce y fiel beneficiencia. Tu alma tendrá mil rostros y se volverá con la misma unción a Dios y a tus prójimos: tú no Me dejas para ir a ellos; Me llevas contigo por todas partes; sabes bien que estoy en ti, el Creador en su creatura hecha a Su imagen y semejanza. Eres, pues, capaz de amar a todos, con excepción de ti misma, a quien no debes conceder sino lo necesario. Y lo mejor, lo más hermoso, ofrécelo a los otros pensando en Mí. Yo te bendeciré en Mi Corazón y tú podrás habitarlo mejor. Yo te ayudaré y tú Me ayudarás a completar Mi Pasión poniendo la parte que te toca. Las cruces que hay en los cementerios representan la cruz que cada uno tuvo que cargar durante su vida. Son cruces que completan la Mía; siempre y en todo, somos uno. Yo lo he querido así, hermanos Míos muy amados. Por lo que a ti toca, unifica por adelantado nuestras dos muertes: la Mía y la tuya. Yo morí por ti, muere tú por Mí."
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.