Condúcete con una exquisita Caridad
380. 4 de febrero de 1938. Yo me había sentido contristada por una falta de amistad. Me dijo: "He permitido esto para que comprendas lo que es el amor despreciado." Y luego, por la tarde:
"Confiésame tus faltas del día en el secreto de nuestros dos corazones; Yo te las perdonaré."
381. 5 de febrero. "Si de veras Me crees más grande que tú, por qué no te abandonas?
Recuerda lo que narra el Evangelio: que Yo una vez Me puse a escribir sobre la arena. Ahora ya no escribo sobre la Tierra: escribe tú por Mí. Llega con amor hasta el fin de tu sufrimiento, de tu sacrificio. No te detengas voluntariamente. Multiplica los actos de virtud con el fin de evitar el relajamiento y considera con frecuencia tu vida interior."
382. 6 de febrero. Después de la comunión. "Modifica tu naturaleza. Condúcete con una exquisita Caridad. Aún en la ausencia del prójimo, habla bien de él. Vigila tus maneras, los matices. Esto es lo que hace el encanto de la Caridad."
Yo consideraba la notoriedad de ciertas actrices y de ciertas obras de teatro. Me dijo: "Permíteme que Me ocupe de ti. .."
Y luego, pensando en la multitud de los incrédulos, sin contar ni cismáticos ni paganos, decía yo: 'Señor, que venga Te Reino." Me dijo: ¡Si Yo reinara de verdad en una sola alma...!"