Que los niños vengan a Mí
1268. 17 de septiembre de 1942. Le Fresne. "¿Para qué hablarte si tú no tienes deseos de
escucharme? Mi Corazón Se desborda. Ofréceme el deseo de derramar sobre todos esa oleada de Amor vivo. Yo Me ofrezco a todas las almas y a cada una; pero es preciso que alguien Me ayude para el encuentro. En otro tiempo dije: `Dejad que (los niños) vengan a Mí'. Ahora digo: ‘Ayudadlos para que vengan’. A esos que no Me conocen; a los que Me conocen, pero mal; a los que no quieren conocerme. A todos los aguardo con ardiente Amor. Díselos así, tú, que sabes esto mejor. Con sólo que se dejen tocar por el arrepentimiento, ya están dentro de Mi Corazón.
"Vosotros no podéis adivinar lo que es el Corazón de vuestro Salvador. Hacedle el honor de creer que tiene todas las cualidades del Amor y de la Misericordia, todos los encantos del Perdón era la abundancia y sin retorno. Yo no vuelvo a acordarme de las faltas una vez que las he perdonado.
Estáis todos vosotros cubiertos por Mi Manto blanco."
1269. "Señor, ¡cuánta unción hay en todas Tus Palabras!" El: "Es que Mis Palabras van dirigidas con inmensa ternura a Mis hijos. Y tú las recibes de rodillas, como si Me recibieras a Mí. Escríbelas para siempre, pues otros las recibirán después de ti.
"El bien fluye y renace con un renacimiento perpetuo en Dios. ¡Benditos aquéllos que trabajan por el Bien! Pueden ya desde ahora descansar, como hijos muy amados, en Mi Corazón."