Yo en ti y tú en Mí
1296. 4 de febrero de 1943. "Debe haber un encanto en tu voz y en todo lo que haces, ya que
vives para Mí." Yo: "Bien quisiera estar segura de eso, Señor." El: "Repítemelo con frecuencia
para que ante ti misma no pueda haber ningún equívoco. Y eso Me agradará. ¿Para qué o para quién más podrías tú vivir? Todo pasa, sólo Yo quedo. Así como solamente Yo tengo necesidad de tu vida. Sí, Mi Amor desciende hasta eso; tiene necesidad de Sus creaturas en Una Intimidad de amor... ¿Y acaso no Soy Yo 'Uno entre vosotros'? ¿No Me llamé a Mí mismo ‘el Hijo del Hombre’?
Tengo necesidad de la ternura de Mis hermanos. Fui a mendigar la ternura de Pedro, Santiago y Juan durante Mi Agonía.
¡Y cuánto es lo que doy a las almas que bajo el influjo de Mi Gracia, Me dicen su amor! Pero mucho más es lo que doy a las que vienen a Mí sin previa invitación y que sienten no poder vivir sin Mi Compañía. Sé una de ellas, hija. Ponme como delante de tus ojos y lo verás todo y verás a todos como a través de Mí.. . Entonces habrá fiesta en Mi Corazón, porque el tuyo no podrá ya apartarse del Mío. Esta fue la consigna para este año. ¿Lo recuerdas?: En Nuestros Corazones. Yo en ti y tú en Mí.
Piensa con frecuencia: `sólo El tiene necesidad de mi vida, sea lo que fuere lo que otros puedan necesitarme'. Porque no hay otro fuera de Mí que tenga ese deseo con la misma intensidad. Es el Deseo de un Dios, ¿cómo podrías tú imaginar Su Fuerza? Toma la delantera y El te colmará."
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.