La paciencia y la dulzura
685. Mientras yo deshacía un nudo difícil, El me dijo: "Así pasa con las almas. Hay siempre un
punto débil que se puede alcanzar con la paciencia y la dulzura."
686. Catedral da San Juan. Ocupada en buscarme un buen lugar para ver a los Fummazzioni de Roma y Garlier, yo no había orado. El me dijo: "No me has dicho ni siquiera ‘buenos días’. “Esto lo haces cuando entras en la casa de tus amigos?"
687. 26 de mayo, a las 5:30. "Desde el momento mismo en que despiertes pídeme almas.
Reclámame que te dé pecadores. Me darías con ello un gusto que no puedes imaginar. Yo morí por todos. Y morí sin haber estado enfermo; morí lleno de vida. Moría porque fui golpeado. Si tú no Me ayudas hoy, Yo no podría salvar a tal o tal alma: y ya sabes cuánto las amo. Sálvalas como si Me salvaras a Mí."
688. "Seguro que sí! Todo lo que Yo digo a un alma lo digo para todas. Todas ellas son para Mí Mis preferidas. ¡Si supieran de Mi Amor por cada una! Tú, cree en este Amor, y explótalo.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.