La profesora de Lengua Castellana y Literatura, doña Rocío Romero, es su creadora
"El cielo fue su respuesta", un nuevo sitio martirial en la red
Rocío Romero, como tantas personas que he conocido a lo largo de estas décadas, ha conocido la historia de nuestros mártires de la persecución religiosa y se ha fascinado. No podía ser de otra manera. Ella misma nos lo explica...
Es difícil encontrar algo valioso y no compartirlo. Los que somos católicos tenemos verdaderos tesoros de fe y a veces no lo sabemos; la historia, los acontecimientos, discurren en contra y se silencia aquello que se considera "peligroso"... En este sentido no les falta razón a los que dicen esto, porque el Amor (el de la mayúscula) llevado a sus últimas consecuencias, todo lo puede; en él, Dios todo lo puede.
Cuando en la historia de la salvación de cada uno se produce un encuentro que da un giro a todo, no debe callarse el motivo. Y más aún cuando se trata de vidas de personas ejemplares por su fortaleza y valentía en la misión de ser testigos de Cristo.
Que ni una vida se pierda
La vida, como regalo de Dios, es lo más preciado que tenemos. Y ellos, los mártires, la ofrecieron sin pensarlo porque antepusieron su fe y la salvación de todos. Hicieron algo tan grande que merecen, al menos, que se les recuerde y se les rece.
Son muchas las historias; algunas, afortunadamente, han quedado en la memoria pública. Cada vez se van conociendo más. Para que no se pierdan los nombres de los que vivieron fieles a su fe hasta el final, los que vivimos, debemos contarlo. Si, lector, quieres aportar aquí algo, ¡adelante! lo publicaremos. No lo olvidemos:
"La sangre de los mártires es semilla de muchos cristianos" (Tertuliano).
Que nada se extinga
Finalmente, Rocío explica, no hay nada más bonito que encontrar una historia de amor. Soy profesora de Literatura y conozco muchas; algunas increíbles... Mi madre es de un pueblecito de Granada, al lado de Guadix, algo providencial porque gracias a eso -y a Dios, en definitiva- conocí a San Pedro Poveda. Queriendo saber más de él se cruzaron en mi camino tantos y tantos mártires que entregaron su vida por Amor; Amor, así con mayúsculas. El Amor que ha tejido historias que, además de increíbles, cambian la vida del que las conoce. Porque los nombres que las protagonizan siempre, ante el dolor, la tortura, la tentación o el sufrimiento, respondieron con el Cielo, que es perdón. Contribuir a que se conozcan esas historias es el objeto de cuanto aquí se escribe. No olvidemos a nuestros mártires, que son testimonio de Fe, Esperanza y PERDÓN. Sabemos las circunstancias en las que murieron, no vamos a redundar en ello. En lugar de eso, recordémoslos como ellos quisieron, llevando en sus rostros la alegría del que sabe que lleva consigo el Amor verdadero que les llevaría al Cielo.
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