V.A.R.
Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27
Durante la etapa de la celebración de los campeonatos mundiales de fútbol que están teniendo lugar en Rusia, existe una palabra que todos oímos en la boca de los narradores: el VAR. Cuando leemos un diario en papel o digital, ocurre lo mismo vemos la nueva palabra. Según el manual distribuido por la organización del mundial el término significa: video arbitraje regulado, por un sistema de cámaras que inundan los campos de juego, emitiendo imágenes constantes a un control central, desde donde se ayuda al equipo arbitral que pisa el campo para dilucidar la legalidad de equis jugadas dudosas que se producen en el ejercicio del juego entre ambos equipos en liza.
El invento parece estar evitando polémicas, peleas y rencillas tratándose de una competición tan importante como es un mundial de fútbol. Resulta que la Religión Católica dispone de un sistema de video arbitraje antes que el invento actual. Cuando nacemos de nuestros padres y madres recibimos la enseñanza siguiente: Dios está en todas partes, y lo ve y oye todo.
Ya en los albores de la historia de la salvación, los hijos de Adán y Eva, llamados Caín y Abel, nos demostraron la existencia de que Dios lo ve todo, cuando el envidioso hijo mayor mató a su hermano por celos, ya que no soportaba que fuera más bondadoso y servicial que él, y sus obras fueran alabadas por la gracia divina.
Una vez que Caín mató a Abel, escuchó la voz del “árbitro” preguntarle: ¿Caín, donde está tu hermano?. Respondiendo el homicida: ¿Soy yo, acaso, el guardián de mi hermano?. Ahí comenzó la delincuencia fraternal hasta el día de la fecha.
Cuando ahora aparece el famoso VAR, he pensado que llega tarde para nosotros los católicos, pues llevamos toda la vida sabiendo y conociendo que Dios está viéndonos a tiempo completo. Lo que ocurre es que muchas personas, conducidas por un concepto falso de su libertad, actúan de modo perverso, no solamente en el plano individual, sino en el social y en el familiar. Son los actuales corruptos, que hacen juegos de manos para trampear sus dineros sisados al erario público; son los delincuentes de guante blanco que dentro de la red digital trasiegan con capitales de unos y otros, y ellos sacan, mediante orfebrería financiera, sus millones a paraísos fiscales donde no llega las inspecciones de nadie. Y la gente ha ido al desempleo.
El video arbitraje católico graba las malas acciones y pecados de todos. Seguramente Dios tendrá una filmoteca inmensa, donde cada uno tenemos una carpeta con rimeros de cintas, que cuando menos lo pensamos, podemos pasarlas por nuestra mente, cuando la conciencia nos remuerde el jueguecito que hemos empleado en la última fechoría.
¿Nadie siente en su interior la voz de Dios como ocurrió a Caín?. Todos lo oímos mientras tengamos nuestras facultades mentales en perfecto estado de salud. ¿Qué hacemos en ese momento?. ¿Nos remuerde la conciencia con la mala acción y deseamos no repetirla?. O borramos la presencia divina, engañándonos personalmente trasiegan con capitales y personas, como si fueran fichas del juego de la oca, tirando el dado para ver cómo pueden aligerar las plantillas laborales pagando salarios de hambre y colocando a los trabajadores en las colas como chinos, y echando tierra encima seguimos malviviendo en un tormento que psicológicamente nos vuelve esquizoides.
Nuestro video arbitraje regulado es más seguro que el del mundial de fútbol. Cuando confesamos nuestros pecados Dios nos perdona, nos tranquiliza y volvemos a ser alegres.
Tomás de la Torre Lendínez
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Muchas gracias.