Viernes, 22 de noviembre de 2024

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Seminarios

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27

Todos los sistemas y formas de los poderes públicos les complacen destacar fechas claves para recordar lo que se ha hecho y lo que aún falta en la misión de servicio a los ciudadanos. Cuando llegaron los 25 años de paz, tras el fin de la Guerra Civil, aquel régimen gastó publicidad a toda velocidad para vender los éxitos y logros alcanzados. Ahora se cumplen 40 años de la llegada de los concejos democráticos y parecida propaganda vuelve a salir de los armarios para demostrar que ahora estamos mucho mejor que antes. Es natural y humano.

Entre hoy y el día de San José, la Iglesia en España celebra el Día del Seminario. La jornada durante la cual se destaca la necesidad de nuevas vocaciones al sacerdocio en esto convulsos años de tantos cambios sociales, políticos y religiosos. Según las estadísticas publicadas no estamos para tirar la garrota y desesperarnos porque los seminarios estén semivacíos, a excepción de media docena de diócesis, donde bullen alumnos que pasan de la treintena existente en Granada hasta llegar a los 172 que dispone Madrid.

En nuestro Jaén caminamos con paso lento, pero firme. No debemos estar conformes, pero tampoco estamos para tirar cohetes.  Son diez alumnos los que pueblan el gran edificio situado en la calle Juan Montilla.

Cualquier lector pensará: ¿Qué puedo hacer para sumar más vocaciones al sacerdocio en Jaén?

Tres pasos muy importantes. Primero, vivir con responsabilidad la propia vida cristiana en la familia, en el trabajo, en la parroquia y en la sociedad actual, procurando que el testimonio de oración y compromiso cristiano sea visible acompañado de obras de amor a Dios y a los hermanos. Segundo, sembrar entre los hijos y sus amigos mensajes ilusionantes facilitando que solamente la llamada de Dios a la vida sacerdotal sea un regalo a descubrir de modo personal y en el interior de la comunidad familiar y parroquial. Tercero, no poner trabas a nadie que muestre indicios vocacionales para ingresar en un seminario, sabiendo guiarlo hasta un sacerdote sensato y buen pastor para que esa semilla crezca y florezca con fruto.

En este momento, somos los actuales sacerdotes los primeros responsables de la pastoral vocacional. Nunca un cura aburrido, desanimado, quemado y triste podrá transmitir mensajes de esperanza entre los niños y jóvenes, en cuyo corazón debe nacer la semilla vocacional de Dios a servirle en el ministerio presbiteral. Tampoco un sacerdote activista, empresario, negociante y comerciante no es apto para motivar a ningún aspirante al sacerdocio, ya que está muy lejos de los valores del Reino de Dios.

La historia y la vida de sacerdotes ejemplares, que son millares, estén o no en los altares, sí son faros cuya luz se nota a mucha distancia y su testimonio arrastra a ser valientes héroes en una etapa histórica, como la actual, en la cual la valentía de la predicación de la doctrina de Jesús de Nazaret es uno de los timbres de gloria  y la mayor exigencia a la que estamos sometidos los que aún estamos con las manos en el arado preparando los surcos donde Dios pueda colocar la semilla de nuevos alumnos a los seminarios, centros de formación de los futuros curas.

Tomás de la Torre Lendínez

 

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