Santo Rosario

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27

Hoy es la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Es el aniversario de la batalla de Lepanto, donde una liga de varias naciones católicas, entre ellas los Estados Pontificios, llevando España el mando de la flota, destruyó a la armada turca. Era el año 1571. En aquella refriega bélica estaba Miguel de Cervantes, quien perdió parte de su brazo izquierdo, aunque mantuvo el derecho para ser el escritor más grande de la lengua española.

A partir de aquella fecha, el mes de octubre ha estado, en el magisterio eclesial y en la piedad popular dedicado al rezo del Santo Rosario. Tanto el papa, como el obispo actual, han recomendado practicar y orar esta excelente oración tan arraigada en el pueblo cristiano.

El Rosario es Cristo-céntrico, ya que es una meditación serena de todos los misterios de la vida de Jesús desde su concepción en el seno virginal de María por obra del Espíritu Santo hasta su Ascensión gloriosa a los cielos. El origen del Rosario se encuentra extraído de la Biblia, especialmente del Nuevo Testamento, ya que las oraciones que se rezan: el Padre Nuestro y el Ave María, como la contemplación de los diversos misterios se encuentran en la Palabra de Dios.

Durante los años cincuenta, el gran pastor, el padre Peyton acuñó aquella frase: La familia que reza unida, permanece unida. Los hogares de aquellas fechas tenían la costumbre de rezar el Rosario diario. Entonces no existían tantas prisas como hoy, ni los estragos familiares actuales.

Otra frase de oro del padre Peyton fue: Un mundo en oración, es un mundo en paz. Lo aplicaba a que terminase pronto la desastrosa segunda conflagración mundial. El rezo del Rosario serenó a muchas gentes y a soldados que estaban en los frentes y en los hospitales.

La oración completa del Rosario es un sacramental, entendido en el sentido del actual Catecismo cuando afirma: “ Los sacramentales son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia". (Catecismo número 1667).

Estudios clínicos importantes aconsejan rezar el Rosario para bajar la tensión arterial, situación frecuente en la vida ordinaria, cuando tantos nervios explotan por la acumulación de las prisas y las ansiedades, que destrozan la salud de muchas personas. El rezo del Rosario invita a entrar en el sueño de manera placentera, serena y sin ayudas de pastillas que crean adicción. Cada misterio del Rosario se debe actualizar en la vida propia de quien lo está rezando. Por ejemplo, la familia que espera un hijo; la persona que yace en la cama de un hospital esperando una intervención quirúrgica; los amigos que desean verse tras una larga ausencia; la abuela  que está esperando en la puerta de un paritorio el nacimiento de un nieto…Son diversas situaciones que están contempladas en varios misterios del Rosario. Rezar el Rosario es cosa de la familia, pero hacerlo individualmente ayuda mucho, cuando se está conduciendo un coche en la soledad de una carretera, deseando regresar con salud al punto de partida y encontrar un hogar en paz y armonía entre los miembros familiares.

Tomás de la Torre Lendínez