Posible vuelta del retablo San Jorge
Diario El Mundo
oplan nuevos aires en el museo Victoria & Albert de Londres desde que el avispado Tristram Hunt ocupa el sillón de director hace más de un año. Con 43 años, es joven para el cargo aunque lleva las alforjas llenas con bagaje de diputado laborista, historiador, autor de libros y periodista. Bajo su liderazgo, el museo y la Generalitat Valenciana están a punto de cerrar un acuerdo para el regreso a Valencia del retablo de San Jorge, también conocido conocido como el del Centenar de la Ploma, del siglo XV, como préstamo
Preguntado sobre la posibilidad de que la monumental obra viaje sólo de ida, el cauto director no quiere aventurarse. "Primero hay que estudiar el estado del retablo para viajar, después veremos qué pasa, porque no quiero entrar en el debate de las restituciones", asegura Hunt a EL MUNDO.
El vendaval que ha levantado Tristram arrancó en abril con la oferta a Etiopía del préstamo a largo (e indefinido) plazo de varias piezas de orfebrería incautadas por los británicos en la batalla de Magdada en 1868. El director señaló a The Art Newspaper que "a una institución como el V&A le incumbe reflexionar sobre el pasado imperial, abrirse a la historia e interpretarla; no debemos temer a la historia aunque sea complicada y desafiante puesto que como institución debemos tener la valentía de encararla".
La lista de reclamaciones a los museos británicos es larga; desde los mármoles del Partenón de Atenas, requisados por Lord Elgin y vendidos al Museo Británico, hasta los tesoros incautados en Benín (Nigeria), guardados en la misma institución.
"El acuerdo de colaboración que estamos elaborando con la Generalitat Valenciana lo tenemos con otras instituciones y es beneficioso para todos porque nos intercambiamos piezas e información", explica el director del V&A. "Los conservadores de Valencia, junto a los nuestros, han estado aquí en varias ocasiones estudiando el estado del retablo".
Un museo variopinto
El V&A es un museo de Artes Decorativas, un concepto en el que todo cabe, desde la tabla gótica de Valencia hasta la estética punk, la moda o la música que ocupan un lugar más prominente en el programa del museo. Las 17 tablas que configuran el retablo se exhiben de forma permanente en la oscura sala 48b junto a unos tapices de Rafael Sanzio en una extraña mezcolanza bajo el, todavía más raro, enunciado "Europa".
Por capricho del azar, la llegada de Tristram Hunt al V& A coincidió con el proyecto del IVCR (Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación) de inventariar el arte valenciano que se halla fuera del país y, de paso, pedir al museo de Londres el retablo para celebrar en el 2018 el 600 aniversario de la Generalitat.
La directora del IVCR, Carmen Amoraga, asegura a EL MUNDO que el acuerdo de colaboración todavía no está cerrado, pero que ya ha llevado a los conservadores a determinar que la obra de arte no llegará a Valencia en el 2018. "Solicitamos el acceso al retablo para conocer su estado porque estamos inventariando el arte valenciano ubicado fuera de aquí, y la obra del Centenar de la Ploma, atribuida a Marçal de Sas en Valencia hacia 1420, es una pieza muy importante por su valor artístico e histórico para todos los valencianos", cuenta la directora, quien añade lo siguiente: "Claro que nos gustaría recuperarla para siempre, pero la compra que hizo el museo de Londres en 1864 constituye una legítima adquisición".
El museo la adquirió en París a un anticuario llamado señor Baur por 840 libras (958 euros, o 116.000 euros de valor actual, según la calculadora de inflación del Banco de Inglaterra). Los conservadores del IVCR y del V&A se han percatado de que algunas de las tablas ensambladas -la parte inferior conocida como prebera- no llegarían enteras a Dover por la precariedad del material que las une.
Aunque no ha finalizado el análisis técnico, la investigación no augura un resultado saludable. En cómo, dónde y quién ha de restaurar las piezas deterioradas anda ahora el trabajo del equipo que deberá emitir su diagnóstico para emprender el viaje de Londres a Valencia como préstamo.
Y oro es precisamente lo que brilla sobre la madera con dos figuras centrales, la de San Jorge luchando contra el dragón y la del Rey Jaime I contra un musulmán en la batalla del Puig de 1237, decisiva para la toma de Valencia al año siguiente.
La obra adornaba el altar de una iglesia desaparecida, ubicada en el actual Teatro Principal. Fue pintada por el alemán Marçal de Sas, un artista que vivía en la miseria, y encargada por la milicia del 'Centenar de la Ploma', formada por un centenar de ballesteros que protegían la ciudad y sus emblemas, y cuyo patrón era San Jorge.
En 1711 la milicia fue abolida por los decretos de Nueva Planta. El Centenar de la Ploma se convirtió en cofradía, y empobreció. Ahí se pierde la pista de la obra de arte hasta que aparece en París en 1864. Muchas de las tablas góticas de la época han sido destruidas por las guerras. La de San Jorge viajó de París a Londres, donde todavía permanece.