Conversos famosos y formación teológica
Conversos famosos y formación teológica
por Duc in altum!
Como Iglesia, el que una persona, libremente, decida pedir el bautismo o volver después de muchos años, es una excelente noticia. No es poco frecuente encontrarnos con figuras públicas –actores, cantantes, políticos, intelectuales, etc.- que dan el paso. Cuando alguien se convierte, interviene el Espíritu Santo por medio de los medios y espacios humanos. No se da por una serie de conceptos o ideas, sino como ya lo decía Benedicto XVI, a través de la experiencia; sin embargo, una vez que opera la conversión; especialmente, si se trata de una persona ya bautizada y que no tuvo que volver a cursar nada, es necesario una sólida formación teológica porque, al ser figuras públicas, lo que digan en materia de fe será altamente escuchado y si carecen de elementos pueden, aunque con muy buena intención, plantear cosas o líneas que presenten la fe como algo ideológico, de línea superficial.
En efecto, muchos quizá desconozcan las cartas pastorales de su obispo, pero fácilmente en las redes sociales leerán lo que ponga “x” o “y” actor. A todos nos toca evangelizar, dar a conocer la fe, pero es necesario estudiar. Ya lo decía Santo Domingo de Guzmán, porque podemos mal interpretar e informar de forma errónea, ignorando por completo documentos clave como los emitidos por el Concilio Vaticano II. Cuando alguien se convierte, habla y escribe, con justa razón, de forma eufórica o apasionada, pero la conversión en sí, no hace que en automático la persona sepa a ciencia cierta cómo decirlo de manera que se entienda correctamente. A veces, leemos pensamientos en foros y redes sociales que quizá provocan el efecto contrario a evangelizar por muy religiosa que resulte la temática. Por ejemplo, una cosa es decir que la fe, a veces, implica ser incomprendidos y otra, muy distinta, hacernos las víctimas. Aunque el mensaje es bueno, la falta de formación puede dejarnos sin bases al momento de expresarnos de forma pública frente a un auditorio que quizá tampoco esté muy enterado de lo que la Iglesia enseña.
Un famoso o famosa que vive su fe, permite que millones la conozcan; sobre todo, en redes sociales. Toca impulsar dichos testimonios, pero ayudándoles a tener nociones teológicas. Al menos, algunos libros de texto para comenzar. Los conversos, como cualquier otra persona, requieren ser acompañados a fin de que lo que ya vivieron, puedan madurarlo.
En efecto, muchos quizá desconozcan las cartas pastorales de su obispo, pero fácilmente en las redes sociales leerán lo que ponga “x” o “y” actor. A todos nos toca evangelizar, dar a conocer la fe, pero es necesario estudiar. Ya lo decía Santo Domingo de Guzmán, porque podemos mal interpretar e informar de forma errónea, ignorando por completo documentos clave como los emitidos por el Concilio Vaticano II. Cuando alguien se convierte, habla y escribe, con justa razón, de forma eufórica o apasionada, pero la conversión en sí, no hace que en automático la persona sepa a ciencia cierta cómo decirlo de manera que se entienda correctamente. A veces, leemos pensamientos en foros y redes sociales que quizá provocan el efecto contrario a evangelizar por muy religiosa que resulte la temática. Por ejemplo, una cosa es decir que la fe, a veces, implica ser incomprendidos y otra, muy distinta, hacernos las víctimas. Aunque el mensaje es bueno, la falta de formación puede dejarnos sin bases al momento de expresarnos de forma pública frente a un auditorio que quizá tampoco esté muy enterado de lo que la Iglesia enseña.
Un famoso o famosa que vive su fe, permite que millones la conozcan; sobre todo, en redes sociales. Toca impulsar dichos testimonios, pero ayudándoles a tener nociones teológicas. Al menos, algunos libros de texto para comenzar. Los conversos, como cualquier otra persona, requieren ser acompañados a fin de que lo que ya vivieron, puedan madurarlo.
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