Carta de un cura amigo
Según el contenido de la noticia que hoy publica OKDiario sobre unos "cursillos de reeducación de cultura catalana" aptos para religiosos y religiosas enviados a aquella región española, cuya existencia se puede leer en el siguiente enlace digital:
https://okdiario.com/espana/cataluna/2018/04/02/iglesia-catalana-abre-campo-reeducacion-frailes-monjas-llegados-del-resto-espana-2043744
Debo hoy, con el permiso de su autor, dar a conocer el grueso de una carta recibida por correo electrónico el pasado Jueves Santo, firmada por un amigo miembro de una congregación religiosa. Dice así:
"Como conoces bien he sido invitado por mi superior a ser enviado a Cataluña. No he contestado afirmativamente. He pedido un tiempo de reflexión ante el Señor en el Sagrario para descubrir qué debo hacer para bien de mi alma y mi vocación religiosa.
No son platos de buen sabor tener, a mis sesenta años, ponerme a estudiar catalán, condición indispensable impuesta por los compañeros que allí han nacido o viven desde hace una treintena de años. Como, tampoco, me apetece que me "reeduquen" en cultura catalana nada menos que en Monserrat con unos cursillos, núcleo de la reserva de las esencias nacionalistas catalanas. Sumado todo al ambiente irrespirable de dictadura física y mental que por aquellas calles se vive y respira.a
Por otra parte, he pedido a otros provinciales de Hispanomérica, que soliciten mi traslado a sus tierras, con el fin de librarme de ser "catalanilzado" a mi edad. Estoy esperando contestaciones.
Te ruego, amigo, que reces por mí y que publiques estas líneas cuando lo consideres oportuno en tu Blog El Olivo en las Semblanzas Sacerdotales...para que se conozca el Vía Crucis que estamos viviendo algunos miembros de institutos religiosos en la España actual, donde si los superiores provinciales, generales o los obispos respectivos no ponen pies en pared se está cometiendo una barbaridad contra la dignidad humana, sacerdotal y religiosa...de todos nosotros".
Hasta aquí llega mi amigo y compañero. Recemos, amigos lectores, por este buen cura y tantos otros y monjas que están en iguales circunstancias.
Tomás de la Torre Lendínez
Comentarios