Jesús

Nunca llueve a gusto de todos. Los diversos temporales sufridos por esta tierra han dejado calamidades materiales en estos días y otras situaciones están produciendo un cierto vacío hacia la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuyo besa pie termina hoy domingo, donde la afluencia de gente no ha cesado ni con viento ni lluvia.  Sin embargo, la junta de gobierno de la hermandad ha decidido que no salga en procesión la imagen de San Juan, pues no se ha cubierto el número de promitentes suficientes para que el recorrido de la estación de penitencia se pueda completar. Además, si faltaba algo, la propia calle Carrera de Jesús se encuentra en unas obras paralizadas negando el tránsito de vuelta de la imagen de Nuestro Padre Jesús a su Camarín en la mañana del Viernes Santo.

Vemos que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en los abismos y toda lengua proclame ¡Jesucristo es el Señor!, según escribe San Pablo en Filipenses 2, 10, está teniendo en las jornadas previas a la Semana Santa en Jaén, cierta extraña correlación de efectos conjuntos producidos siempre por la misma causa: el nombre de Jesús repele en los oídos y en las decisiones administrativas correspondientes.

Está aumentando el número de sordos ante el nombre de Jesús en una sociedad paganizada. Las larguísimas listas de promitentes para portar a San Juan en la noche del Viernes Santo durante equis años, para pasar después a ir debajo del paso de la Virgen de los Dolores, y con el devenir del tiempo llegar a ser costalero del trono de Jesús de los Descalzos, y alcanzar la jubilación en tan importante cargo de peso promitente, terminando con la entrega del documento justificativo de toda una vida, que muchos jaeneros presentan orgullosos en la pared del salón de sus casas, ya no es una carrera apetecida desde la niñez en las casas de Jaén.

La programación de unas obras viales necesarias, tampoco, están tomadas con sensatez del calendario cristiano de antes. Ahora, se hacen cuando existe liquidez económica, se convierten en urgentes de golpe y porrazo, se detienen porque falta el permiso de las autoridades regentes de la cultura y el patrimonio histórico, animando el cotarro los que el nombre de Jesús les repele en los oídos, en la mente y el corazón.

En definitiva, unos por otros el asunto está como está, los comentarios de los vecinos de la ciudad se dividen según el color de la mano que mete el voto en la urna electoral, tanto de los viejos como los recién llegados, tanto para los manchados de corrupción, como para los puristas que están llamando a las puertas de los electores.

En el evangelio de hoy Jesús de Nazaret expulsa a los mercaderes del templo; los judíos le piden pruebas de su actuación y el Señor afirma que es el Mesías prometido y que aquel templo sería destruido y restaurado al tercer día. Sus oyentes interpretan sus palabras al pie de la letra, cuando Jesús se refería al templo de su cuerpo que moriría en la Cruz y al tercer día resucitaría de entre los muertos.

Ni la ausencia de promitentes para San Juan, ni las obras urbanas, ni las zancadillas entre partidos, solamente el tiempo en forma de lluvia impedirá que Jesús de los Descalzos salga de su Camarín el próximo Viernes Santo y el pueblo de Jaén, de todos los colores electorales mezclados, lo verán, llorarán, rezarán, corearán porque es el Señor de Jaén, por encima de todos los disparates de unos y otros, que hoy están y mañana desaparecerán.

Tomás de la Torre Lendínez