La muerte nos iguala
Solamente la muerte nos iguala. Solamente que no es lo mismo morir estando en el cargo tal, que hacerlo cuando la deposición del puesto fue abrupta e injusta.
Un amigo mio está en cuerpo presente hoy. Será inhumado su cadáver mañana en la íntima y recoleta presencia familiar.
Cuando ostentó varios cargos de rango nacional tenía lista de visitas en su despacho donde acudía el parado, el enfermo, el pelotillero, el enemigo, el amigo, el adulador, el arribista, el ateo, el agnóstico...a todos escuchaba.
A todos abría ventanas de esperanza, aunque mientras hacía estas obras de misericordia, era criticado por los superiores de la empresa que se desangraba económicamente, aunque era atacada por todas las fuerzas activas y pasivas de la sociedad española.Señal inequívoca de que iba por el buen camino del Evangelio, aunque no del mercantilismo tan querido de los jefazos.
Cuando quitaron a mi amigo del cargo, entró una caterva de oscuros malandrines, bien relacionados con la mercadotecnia, aunque muy lejos de los valores evangélicos. Aquella empresa no ha levantado cabeza, aunque llene los bolsillos de unos selectos perfectos que se miran al espejo y solamente se ven engordados en su faltriquera, pero sucios en su conciencia.
Descansa en paz, amigo.
Tomás de la Torre Lendínez
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