Munilla, parece que hay galerna
Querido hermano en el episcopado. No recuerdo haberte conocido personalmente, pero no importa. Veo que por esas tierras norteñas las aguas bajan turbias y que la galerna está muy encrespada. Algo por el estilo les sucedió a los apóstoles cuando la tempestad amenazaba hundir la barca en la que estaban; Jesús dormía. Ellos «le despertaron diciendo: “¡Señor, sálvanos, que perecemos!” Díceles: “¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?” Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza» (Mt. 8, 25-26).
No es agradable que la mayoría del clero rechace al obispo nombrado por el Santo Padre. El Padre Santo envió Jesús al mundo y ya sabes cómo lo recibieron; de entrada, lo persiguieron a muerte; y sabes también cómo acabó. ¿Qué se consiguió con ello? Nada menos que la salvación del mundo. Yo no sé cuanto tiempo te va a suponer el cambio de clima, pero ten la seguridad de que cambiará porque tu actitud es de obediencia y Dios está contigo.
Lo que no me explico es cómo unos sacerdotes que el día de su ordenación sacerdotal, con sus manos entre las manos del obispo dijeron «prometo» cuando el obispo les preguntó «¿prometes a mí y a mis sucesores reverencia y obediencia?». Uno se pregunta ¿qué clase de obediencia prometieron? Porque dan la impresión de haber prometido obediencia siempre que les mande lo que ellos quieren.
No sé lo que piensas hacer durante tu pontificado; pero de lo que sí estoy seguro es que esa actitud de los sacerdotes que te rechazan ni es una actitud eclesial ni ejemplar para la comunidad diocesana. Lo mismo podrían decir los feligreses de cualquiera de ellos si no están de acuerdo con las líneas pastorales que ellos tienen (y seguro que hay muchos que no lo están, pero muchos). Y si les dicen que deben hacer lo que ellos les mandan, podrían decirles: señor cura, hemos aprendido de Ud. Hacemos lo que Ud. nos ha enseñado.
Mi opinión ante este hecho es que hace falta un cambio de rumbo en una diócesis cuando la absoluta mayoría de los sacerdotes no admiten a su obispo. ¿Qué cambio? No soy quién para decirlo, pero un cambio a fondo sí creo que hace falta. Tú eres de ahí y supongo que ya habrás pensado sobre ello. Lo que sí te digo es que no tengas miedo. Fiel a las líneas del Papa y del Concilio, en sintonía de
De verdad, querido Munilla, no tengas miedo porque Dios está contigo.
¿Sabes lo que estoy pensando? Pues que quién soy yo para meterme en camisa de once varas Nadie, es cierto. Pero estando yo aquí en tierras americanas desde mi jubilación como obispo emérito de Mondoñedo Ferrol y viendo de lejos los problemas de España, me he permitido escribirte estas letras para que veas que de allende los mares, estoy contigo como supongo lo estarán los hermanos obispos de España.
Mi oración y un abrazo.