Reposa bajo un árbol
Ecclesia Digital
Fallece en Perú el misionero de Tortosa Javier Obón
Este domingo fallecía en Perú el sacerdote misionero de la diócesis Tortosa Javier Obón Molinos. El padre Javier nació en Forcall, Castellón, el 15 de octubre de 1943, en una familia numerosa dedicada al pequeño comercio. Siguiendo las huellas de su hermano Joaquin, ingresó en el seminario de Tortosa y fue ordenado presbítero el 15 de junio de 1967.
Desde muy joven, cuenta desde la delegación de misiones de Tortosa Antonio Polo Moya, sintió profundamente la vocación misionera. Esta inquietud motivó que el Obispo lo nombrara Delegado diocesano de Misiones y de Comunión entre las Iglesias, hasta que, por fin, pudo dedicar su vida a la misión “ad gentes”. Un miércoles de ceniza, el 24 de febrero de 1993, con 49 años, llegaba al Perú.
Su tarea pastoral se desarrolla en la archidiócesis de Ayacucho, que iniciaba la difícil recuperación social en todos los ámbitos, después del gran desastre que significó el intento revolucionario de Sendero Luminoso, con dolorosísimas rupturas humanas, sociales, religiosas y económicas. La parroquia de Santa Rosa fue su primer destino, desde donde atendía a 60 comunidades. Allí descubre la dura realidad en la que han de vivir cada día sus feligreses. Esto lo empuja a emprender una serie de proyectos sociales en favor de los más desprotegidos.
La tarea social no se desvió de su servicio sacerdotal a las comunidades: tuvo que rehacer una pastoral totalmente destruida por el pasado terrorista, organizando e impulsando la Misión. La formación y la espiritualidad de catequistas y agentes de pastoral fue su prioridad.Su última tarea la acaba de emprender ahora. Después de una rápida enfermedad acompaña nuestro caminar desde la Comunión de los Santos. Respetando su voluntad expresa, sus restos reposan bajo un árbol del patio del Seminario de Ayacucho, donde ha querido vivir y morir.
Ha servido también a la diócesis de Ayacucho como Vicario de Pastoral, Rector del Seminario y Vicario General. Desde estas responsabilidades impulsa la vocación al sacerdocio y a la vida religiosa de jóvenes del obispado.