Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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Oración senatorial

por Juan del Carmelo

Siempre he pensado que el Señor, recompensa a los pueblos que demuestran una fortaleza de su fe, en Él.

 

No tenemos más que hojear la Biblia y ver que la grandeza de Israel aumentaba o disminuía, en función de su fe en Yahvéh. Cuando esta era grande, grande eran también los triunfos de Israel, sobre filisteos, amalecitas, jebuseos y otros pueblos cananeos. Por el contrario, cuando Israel volvía la espalda a los profetas de Yahvéh y rendía culto a Baal, tal como sucedía  en la época del rey Ajab y de la reina Jezabel y sus enfrentamientos con el profeta Elías, o de otra forma fallaba su fe en Yahvéh, el resultado era nefasto para el pueblo de Israel y así primeramente terminaron en el destierro de Babilonia, y más tarde cuando no aceptaron al Mesías que Yahvéh les enviaba en la figura de su propio Hijo, vino pocos años más tarde la debacle del pueblo judío ejecutada por el imperio romano por medio de sus dos emperadores, padre e hijo: Tito y Vespasiano.

 

Ahora, miro a mí alrededor y pienso en la tremenda fe de los españoles de los siglos XV, XVI y XVII, que tuvo su recompensa con la formación de una gran nación llamada España, que hoy en día se nos cae a pedazos, por la falta de fe de los españoles. De adalides de la defensa de los derechos divinos, nos hemos convertidos en adalides del pisoteo de estos derechos, y así nos va.        

 

Sigo mirando a mí alrededor, y veo que la nación más potente del mundo actual, son los EE.UU. y no creo que nadie ponga en tela de juicio esta afirmación. ¿Y por qué es esto así?  La respuesta me ha llegado de una forma sorprendente.

 

Prácticamente, me entran en el ordenador, casi diariamente cuatro o cinco presentaciones del conjunto de ellas que circulan y que me las proporcionan, bien sean: familiares, amigos, o amables lectores de mis libros o de estas glosas. Muchas de ellas son de humor o de política, y en general solo tomo en consideración y reenvío las que tiene un valor espiritual. Pero hace unos días recibí una, cuyo valor radica en su texto aunque también las imágenes eran muy adecuadas y buenas.

 

Parece ser que en el estado de Kansas, en la zona central de los EE.UU. y concretamente en la ceremonia de apertura de la legislatura de Senado que corresponda cada año, invitan a un pastor, que puede ser o no católico aunque en este caso lo era, a pronunciar una oración al Señor, para que les ilumine a los senadores en su labor. ¡Vamos igualito que aquí!  Esta costumbre no es exclusiva del estado de Kansas, sino que se practica en otros muchos estados, lo cual da testimonio del arraigo que  en la fe del Señor, tienen la mayoría de los norteamericanos.

 

La oración de referencia me ha parecido que debía de publicarla en esta glosa. Ella fue compuesta por el P. Joe Wright, y su contenido sorprendió a todos los presentes.

 

La oración dice así:

"Señor, venimos delante de Ti este día, para pedirte  perdón y para pedir tu dirección.

 Sabemos que tu Palabra dice: “Maldición” para aquellos que  llaman "bien" a lo que está "mal" y es exactamente lo que hemos hecho. 

Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos “cambiado nuestros valores”.

Hemos explotado al pobre y a eso lo hemos llamado "suerte"

Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado "Ayuda Social".

Hemos matado a nuestros hijos, que aun no han nacido y lo hemos llamado "la libre elección"
           Hemos abatido a nuestros condenados y lo hemos llamado "justicia".

Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado "desarrollar su autoestima". 

Hemos abusado del poder y hemos llamado a eso: "Política". 

Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado "tener ambición". 

Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con  mucha grosería y pornografía y lo  hemos llamado "libertad de expresión".

Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado "obsoleto y pasado". 

¡Oh Dios!, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos de nuestros  pecados. Amén”.

 

Por supuesto que hubo quién discrepó del contenido de esta oración pero la discrepancia fue mínima, y solo un parlamentario abandonó la sala, y otros tres criticaron la oración, calificándola de intolerante. Estoy seguro de que si hubiese mediado en este asunto una mujer, enseguida habría saltado a la palestra el término de “machista”.

 

Durante las seis semanas siguientes, la Iglesia  “Central Catholic Church”´ donde trabaja el religioso Wright recibió más de 5,000 llamadas telefónicas, de las cuales sólo 47 fueron desfavorables.

 

El comentarista radiofónico Paul Harvey difundió esta oración en su programa de radio  “The Rest of the Story”, (El Resto de la Historia), y recibió una acogida mucho  más favorable por esta emisión, que por cualquier otra.

 

Pidámosle al Señor, que derrame sobre España, la fe que a todos nos falta, y que en nuestros corazones se genere el deseo, de que lleguemos a ser lo que un día fuimos: La tierra de María Santísima Nuestra Señora y en el mundo los paladines del amor al Señor.

 

 Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

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