Lunes, 23 de diciembre de 2024

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Asesinado en 1978

por Semblanzas sacerdotales



Ecclesia Digital

Este jueves 30 de junio, la Iglesia en Guatemala conmemorará el 38 aniversario del martirio del Padre Hermógenes López Coarchita, sacerdote asesinado en San José Pinula el 30 de junio de 1978.

 

Con este motivo monseñor Oscar Julio Vian Morales, SDB, Arzobispo de Santiago de Guatemala, y la Centenaria Parroquia de San José, han convocado a una eucaristía  que tendrá lugar en el Estadio Municipal de San José de Pinula, a las 10 de la mañana.

Para acercarnos a la figura del Padre Hermógenes ofrecemos el artículo publicado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y el mensaje que el Arzobispo de Santiago de Guatemala brindó en la clausura de la fase diocesana de la causa de su beatificación.

– En la sencillez al servicio al Reino de Dios, hasta derramar su sangre

Martirio del padre Hermógenes López Coarchita

El Padre Hermógenes López Coarchita fue martirizado el 30 de Junio de 1978 en la carretera, cuando regresaba de celebrar misa y visitar unos enfermos de una aldea de San José Pinula, Guatemala.

“Si mi misión es dar la vida, así lo haré, pero nunca me echaré atrás en la causa que estoy defendiendo”. Así  dijo el Padre Hermógenes en una de sus homilías, sabiendo que defender el agua de las aldeas de la región y ponerse del lado de los jóvenes que eran violentamente forzados al servicio militar, era peligroso para su propia vida.

Su vida era sencilla, llevaba vida de parroquia, pertenecía a los curas diocesanos formados en el contexto del Concilio Vaticano II. La iglesia anhelaba dejarse guiar por el Espíritu de Dios y servir con tenacidad y generosidad, siendo misericordia para sus hermanos en todos los lugares donde se habita.

Cada año, acompañada de la motivación del párroco de turno, las comunidades llevan flores, cantos y oraciones, recorriendo los caminos para festejar la vida de aquel sacerdote sencillo que marcó sus vidas con el sello de la cercanía y el amor. En torno a la fecha de su martirio, se  hace la conmemoración con una misa presidida por el Arzobispo y concelebrada por obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala y abundante presbiterio. Se hace presente el testimonio y la memoria de aquel cura de pueblo que irradiaba cariño para su gente; que entraba a las casas llevando siempre algún pan para la familia, para mostrar así su ternura.

El 27 de Diciembre de 2007, el entonces Cardenal (QED), de grata memoria, Rodolfo Cardenal Quezada Toruño, siendo Arzobispo de la Arquidiócesis de Guatemala, aperturó la causa de Beatificación y canonización en favor del Padre Hermógenes López, cura de San José Pinula.

Este 30 de Junio se cumplen XXXVIII años del martirio de quien ha sido reconocido ya como “siervo de Dios”,  Padre Hermógenes y con ese motivo, el Arzobispo de la arquidiócesis de Guatemala ha invitado a la conmemoración anual, que consiste en una misa en el templo de donde fuera párroco y donde yacen sus restos.

El Padre Hermógenes regresaba en su vehículo de una visita pastoral a unas aldeas del municipio que atendía cuando hombres armados le dispararon acertándole una bala en la cabeza y otra en el pecho.

El padre Hermógenes había atendido pastoralmente la parroquia con dedicación, había animado la educación escolar. Defendía las fuentes del agua que estructuras de poder querían quitar a las comunidades y pocos días antes de su muerte había escrito una carta al General ministro de la defensa, solicitando que los jóvenes no fueran arrancados de sus hogares para ser llevados forzosamente al servicio militar. Eran los años oscuros de las dictaduras militares en América latina y Centroamérica.

A continuación el Mensaje del Arzobispo Oscar Julio Vian Morales SDB, en la clausura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización del siervo de Dios P. Hermogenes López Coarchita, Sacerdote Diocesano asesinado en San José Pinula el 30 de junio de 1978.

– Mensaje del señor Arzobispo en la clausura de la fase diocesana de la causa de beatificación de Padre Hermogenes

En la clausura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización del siervo de Dios P. Hermogenes López Coarchita, Sacerdote Diocesano asesinado en San José Pinula el 30 de junio de 1978.

1.    Tribunal eclesiástico y causas de beatificación y canonización en Guatemala.

Las causas de beatificación y canonización son una expresión de la labor jurisdiccional del Tribunal Eclesiástico de Guatemala. La del Siervo de Dios, P. Hermogones Lopez Coarchita inició el 27 de diciembre del 2007, cuando el Sr. Cardenal, Rodolfo Quezada Toruño, qepd, de grata memoria, presidio la sesión de apertura del proceso que iniciaba para concluir el día de hoy, 22 de junio del 2013. Significan casi seis años de trabajo ininterrumpido. Se ha escuchado los testimonios vivos de los que conocieron a los Siervos de Dios, o que han recibido alguna gracia de los mismos. Es el agua refrescante. Es el Evangelio vivo que se manifiesta en los que están en vía de ser declarados Venerables, Beatos y Santos.

2.    Fumus Iuris en la causa: Vida, fama de santidad, de martirio y de signo en la figura del P. Hermógenes López Coarchita.

En la persona del P. Hermógenes se armonizan todas las posibilidades para iniciar un proceso en pro de la declaración de beatificación y de canonización. En primer lugar, su vida, auténtica, radical, pobre, entregado al servicio de forma desinteresada, puntual en la práctica de los sacramentos, especialmente de la eucaristía, de la confesión y la unción de los enfermos. En segundo lugar, su fama de santidad por la vía de las virtudes teologales, vividas desde la humildad, de forma heroica. El actuar del P. Hermógenes López siempre fue impulsado por la fe, animado por la caridad, sostenido por la esperanza, dando como consecuencia, la práctica de las virtudes cardinales y de todas las otras virtudes cristianas. Siempre mantuvo una fe sobrenatural, como signo de haber experimentado el gozo de la vida eterna, que le movió a actuar en la espera de un mundo siempre mejor. En tercer lugar, por la vía del martirio, haciendo voto de dar la vida por Cristo y por sus ovejas. Testimoniado y vivenciado por quienes experimentaron un hecho excepcional. Le avisaron del peligro que corría si se quedaba en la Parroquia de San José Pinula y de la posibilidad de ser trasladado a otro lugar, sin embargo, el P. Hermógenes rechazo abandonar su parroquia.

Se vislumbra el voto de martirio abrazado desde la libertad, el conocimiento y el deseo voluntario de la entrega de sí mismo por amor a la misión encomendada. En cuarto lugar, su fama de signo, de estar colaborando desde el cielo, intercediendo por los dolores y sufrimientos del pueblo pobre, oprimido, dolido, que busca en la fe la ayuda de sus necesidades básicas, recurren al P. Hermógenes como amigo fuerte de Dios para que les ayude, para que interceda por ellos, para que les haga un milagro.

3.    La fama de martirio del P. Hermógenes López Coarchita por la fe o por una virtud conexa a la fe.

La fe inserta en las realidades de la única e indivisible historia de la salvación. Si hay una sola historia de salvación hay también una sola manifestación teológica de la fe. Es Dios el dador de las virtudes teologales, que las inserta en el corazón de un Siervo que le es fiel.

El Siervo de Dios P. Hermógenes demostró con sus palabras, gestos y signos el don recibido del Creador, que al mismo tiempo es Liberador, Profeta y Redentor. No podía ser de otra manera, al estilo de los profetas Bíblicos. Su procedimiento en beneficio de los más débiles, era expresión de su respuesta al llamado sacerdotal y profético. La fe encarnada en las realidades difíciles, que mueve a la caridad a actuar con los gestos y las palabras, en beneficio del marginado y del débil, del explotado y oprimido, del que no tiene voz y del pobre. El signo de este amor, de entrega hasta el extremo, fue el haber dado la vida, como ofrenda de amor, de entrega generosa al servicio de Jesús en los más débiles de San José Pinula. La realidad social, política, económica no era extraña a la visión integral del Siervo de Dios, incrustada en la historia de salvación, de fe, esperanza y caridad, en beneficio de los que no tenían y siguen sin tener voz.

El P. Hermógenes fue uno de los primeros en encabezar el canon o lista de sacerdotes, catequistas, laicos, religiosos, religiosas que dieron la vida, no se las quitaron, por la fidelidad al Evangelio de Jesucristo en el servicio desinteresado al Reino de Dios que se hace presente en el pueblo pobre, oprimido e indefenso. Le siguieron el Siervo de Dios Tulio Maruzzo en Izabal, los mártires del Quiche, el Siervo de Dios Augusto Ramírez Monasterio, el Siervo de Dios Stanley Rothers en Atitlán, Sololá, el Siervo de Dios Mons. Oscar Arnulfo Romero en El Salvador y muchos otros que aún no se ha iniciado un proceso formal. Mártires de Dios, sangre derramada que da testimonio de la fidelidad continua del discípulo de Jesús, que es el Hijo por excelencia y por lo tanto el Profeta, el Sacerdote y Servidor por excelencia. Son el agua fresca de la Iglesia, renovada en sus hijos mártires. Los mataron porque eran incomodos, porque eran signo de contradicción, de voz, de respuesta a las injusticias de una sociedad que se dice cristiana, pero que esta lejana de los valores del Evangelio y del Reino de Dios. Hermanos que no se consideran hermanos, por la diferencia de clase, de etnia, de poder, de residencia, de pensamiento, de color de la piel.

El Reino de Dios y su justicia no está lejanos, se hace presente en cada mártir, asesinados por ser fieles al mensaje del Evangelio, de amar al prójimo hasta las últimas consecuencias. Este amor incluye la entrega generosa, que implica dar la sangre, la vida. Al Siervo de Dios P. Hermógenes López lo mataron por ser sacerdote, discípulo de Jesús, por predicar la justicia, la equidad, el bienestar de todos, por oponerse a la persecución, al maltrato del prójimo, por ser la voz de los que no tienen voz. Lo mataron y quienes lo asesinaron sabían que era sacerdote, sabían que era el párroco de San José Pinula. Lo mataron no solo por predicar la caridad sino por hacerla operativa en la realidad difícil de su parroquia.

4.    El trabajo.

Se escucharon 58 testigos, en 65 sesiones de trabajo; además de las dos comisiones teológica e histórica. Todo el trabajo está formado por 2830 folios. Un trabajo intenso concluido por la perseverancia de todo el equipo nombrado para el mismo. No menciono nombres solamente doy las gracias a todos los que dieron su pequeña o grande colaboración en esta tarea, confiada a nosotros en medio de nuestra fragilidad.

5.    Conclusión.

Quiero concluir con la frase del Evangelio de San Juan: ¡Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos¡ (Jn. 15, 13). El amor como expresión de un corazón entregado totalmente al Amor por excelencia, el Buen Pastor, que dio la vida por las ovejas, Jesucristo, Nuestro Señor, modelo y ejemplo de santidad para todo sacerdote. La universal llamada a la santidad del Capítulo V, de la Lumen Gentium, del Vaticano II, nos invita a trabajar por alcanzar la santidad de Dios, practicando el mandamiento nuevo del amor, que es la encarnación de la fe en un mundo, que, cada día es más hostil y violento. Que desde el cielo el Siervo de Dios P. Hermógenes López interceda por todos nosotros.

Guatemala de la Asunción, 22 de junio de 2013

+ Oscar Julio Vian Morales, sdb
Arzobispo Metropolitano de Santiago de Guatemala

 

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