Sábado, 23 de noviembre de 2024

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Cura erudito

por Semblanzas sacerdotales



Ramón Rodríguez de Gálvez había nacido en Nerja el 18 de diciembre de 1832, siendo bautizado al día siguiente en la iglesia de El Salvador.
A los catorce años ingresó en el Colegio de los Escolapios de Archidona, donde comenzó los estudios de segunda enseñanza que prosiguió en Málaga, de nuevo en Archidona y por último en el Colegio del Sacromonte y en el Instituto agregado a la Universidad de Granada, institución en la que se graduó en bachiller en 1853 Desde 1850 disfrutaba de sendas becas para estudiar filosofía en el Seminario del Sacromonte de Granada y teología en el Seminario de San Sebastián de Málaga. En 1857 ascendería finalmente al presbiterado, ejerciendo desde ese momento el sacerdocio; en 1859 obtuvo la designación de examinador sinodal del obispado de Ceuta.
 
Sin embargo, Rodríguez de Gálvez no abandonará aquí su carrera formativa y se matriculará en Filosofía y Letras en la universidad granadina, obteniendo el título de licenciado en octubre de 1873 y el de doctor en diciembre del mismo año. Apasionado del estudio, prosigue en la universidad y en 1882 se licencia en Derecho Civil y Canónico con calificación de sobresaliente, para lo cual lee el discurso Paralelo entre los Concilios de Toledo y las Cortes españolas. ¿Pueden considerarse los primeros como origen de los segundos o son instituciones distintas emanadas de distintas causas.. Un año después, en 1884, el rector de la Universidad de Granada lo nombra vocal de exámenes para estudios privados y pasa a formar parte del claustro universitario

Ramón Rodríguez de Gálvez fijaría su residencia, junto con sus hermanos en la ciudad de Jaén, lugar donde transcurrió gran parte de su vida. Allí fue capellán vicario del convento de dominicas, director del Hospicio de Hombres y gobernador de la Santa Capilla. En mayo de 1883 fue nombrado canónigo de la catedral de Jaén; en agosto de 1893 fue promovido al arciprestazgo de dicha catedral, y en marzo de 1906 elevado a la dignidad de deán de la misma, culminando así su carrera eclesiástica.. Fue un afamado orador y sus sermones en el templo catedralicio durante las grandes solemnidades atraían a una gran cantidad de público que acudía a oírle. Falleció en Jaén el 25 de noviembre de 1906, a los pocos meses de ser promocionado al deanato catedralicio. 
 
La inquietud de Rodríguez de Gálvez por la cultura fue intensa y le hizo participar en las actividades de distintas instituciones giennenses. En la década de 1850 era miembro de la Sociedad Científico-Literaria y tras la reorganización de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, ocupó los cargos de vicepresidente y presidente, pronunciando entre otros el Discurso en honor del Rey D. Carlos III; el Discurso sobre la exposición provincial de Jaén; y el Discurso en loor de D. Pedro Calderón de la Barca.
 
Una de sus facetas más importantes fue la de escritor. Publicó estudios de carácter religioso, históricos y literarios, además de sermones, entre los que se encuentran: Apuntes históricos sobre el obispado de Jaén (1873); La verdad de la tradición del descenso de la Santísima Virgen a la ciudad de Jaén en la noche del diez de junio del año MCCCCXXX (1883); Juicio crítico sobre la traducción al italiano del Ensayo histórico de San Juan de la Cruz (1885); Noticias para la vida del venerable siervo de Dios Gutierre González Doncel, fundador de la Santa Capilla de Jaén (1893); Estudios críticos sobre San Pedro Pascual, obispo de Jaén y mártir (1903); y  Sermones varios (1906).
 
En 1905 publicó en Jaén su Panegírico de San Miguel Arcángel, patrono de Nerja (Málaga), con un apéndice de noticias para la historia de la mencionada villa. Daba así a la imprenta el sermón que había ofrecido en su pueblo natal a petición del Ayuntamiento con motivo de las fiestas patronales que, junto con la feria de ganado, se celebraban en Nerja cada año y a las que se solía invitar a un orador que ensalzara al arcángel. Desconocemos el año exacto en que Rodríguez de Gálvez pronunció el discurso, pero sin duda debió ser entre 1893 y 1899, pues ya era arcipreste y Alejandro Bueno se refiere al mismo en su primera obra. El Panegírico es una magnífica pieza de oratoria sagrada que deleitará a los amantes de este género. Del apéndice de noticias históricas, diremos que no es en realidad un ensayo histórico, sino una recopilación de notas tomadas de algunos libros o proporcionadas por su amigo Alejandro Bueno, algunas de las cuales dan pie a hipótesis y afirmaciones que las investigaciones históricas posteriores han demostrado erróneas. El apéndice está dividido en tres partes que tratan, la primera de la conquista castellana y la rebelión morisca; la segunda de la pacificación de la costa en tiempos de Carlos III y las fortalezas existentes en la costa nerjeña; y la tercera y última del paso del general liberal Rafael de Riego por Nerja en 1823. Este apéndice tiene el valor de constituir, junto a los dos libritos de Alejandro Bueno, el inicio de la historiografía local de Nerja.

Francisco Capilla Luque

 
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