Evangelización en Tik Tok
por Patxi Bronchalo
Hola amigos. Estos días me han llegado consultas acerca de un webinar gratuito que una plataforma de evangelización digital va a impartir, “Evangelizar en Tik Tok”. Noto el desconcierto que hay en las RRSS y quiero decir unas palabras al respecto sobre nuestro modo de estar aquí. Para mí es un tema muy delicado y difícil de tratar.
Delicado y difícil, porque implica a personas consagradas cuya intención no quiero juzgar. Solo Dios sabe la intención del corazón de cada persona. De ahí que no voy a mencionar nombres (ni de la plataforma ni de quién participa). Quiero hablar de los hechos concretos y comportamientos que creo no son adecuados, sabiendo que yo no soy mejor.
Delicado y difícil, porque el tema de cómo estar en Tik Tok lo es. Es una red social llena de menores, muchos de los cuales no deberían estar (está prohibido su uso a los menores de 14 años, y hay restricciones para los menores de 18). La realidad es que es una selva.
Delicado y difícil, porque soy consciente —os lo digo con dolor— de que esta o cualquier otra publicación puede provocar que perfiles fanáticos y anónimos ataquen a otros. Yo no quiero eso. Esto no es una incitación al odio. Puedo controlar lo que publico, pero no lo que publicáisvosotros. Pero no puedo dejar de publicar cosas por la posibilidad de que después otras personas siembren confusión y dañen. Sí puedo pediros que no ataquéis ni despreciéis a nadie. Por favor.
¿Por dónde empiezo? Por el motivo que ha sembrado confusión. En el webinar gratuito de evangelización en Tik Tok van a participar cinco perfiles cristianos de lo que ahora se llaman “influencers”. De ellos, cuatro son católicos y uno episcopaliano. En una búsqueda rápida en dichos perfiles de Tik Tok se pueden encontrar algunos vídeos que son confusos en cuanto a la doctrina que profesamos en la Iglesia Católica. El Padre Javier Olivera Ravasi ha hablado de esto en su canal de YouTube.
Por ejemplo, en el perfil de la persona episcopaliana hay una defensa abierta del matrimonio homosexual, y bailes con exhibición de las banderas LGTB y transgender. En los perfiles de hermanos que sí son católicos aparece en alguno de ellos confusión acerca de lo que la Iglesia enseña y está tratando de vivir en el acompañamiento de personas homosexuales. Por ejemplo, alguno reseña que la homosexualidad ha sido creada por Dios.
Y bueno, aparece también en algunos de estos perfiles algo de lo que ha hablado de sobra en hilo y post anteriores en mis RRSS. Por ejemplo, bailes con músicas totalmente mundanizadas. No os confundáis, no estoy escribiendo nada en contra de la danza litúrgica. No equiparéis una cosa con la otra, porque sería erróneo. También comportamientos que llevan a confusión porque infantilizan la fe y pueden confundir a algunos acerca de lo que es la vida de quienes estamos consagrados.
En esto me ha sido iluminadora una cita del Magisterio que ha compartido mi amigo el padre Jesús Silva. Os comparto el escrito que me parece más clave, de Benedicto XVI: “Las vías de comunicación abiertas por las conquistas tecnológicas se han convertido en un instrumento indispensable para responder adecuadamente a las preguntas que surgen en el mundo juvenil (…) El sacerdote ha de unir el uso oportuno y competente de tales medios con una sólida preparación teológica y una honda espiritualidad sacerdotal, alimentada por su constante diálogo con el Señor (…) En el contacto con el mundo digital, el presbítero debe transparentar, más que la mano de un simple usuario de medios, su corazón de consagrado que da alma no solo al compromiso pastoral que le es propio sino al continuo flujo comunicativo de la red”.
Creo que esto puede aplicarse a toda vida consagrada. No estamos aquí para entretener y hacer lo que todos hacen, mucho menos estamos para enseñar y provocar ambigüedades con asuntos contrarios al Magisterio de nuestra Madre, la que nos acoge en su seno, que es la Iglesia. Y creo que vale para todo cristiano. Recordad que no estamos aquí para “hacer un mundo mejor”—eso es válido para todo hombre—. Estamos aquí para mostrar al mundo un modo distinto de vivir, anunciar a Cristo crucificado y resucitado, y tender puentes hacia el Cielo. Vivimos en el mundo, no somos mejores (si acaso peores). Pero somos distintos en el modo de vivir. Podéis buscar en Google la “Carta a Diogneto” y leerla.
Especialmente los consagrados: nuestra vida no es la vida “chupi” de la risa. Es una vida de aprender a abrazar y amar la propia cruz, sabiendo que Cristo ha resucitado. Eso estamos llamados a anunciar, y por eso renunciamos a otras cosas. No confundamos a los jóvenes.
Y esto me lleva a deciros, además de que hay muchos menores que no deberían estar en TikTok, que hay bailes hipersexualizados e infantilismo. ¿Qué más hay en Tik Tok? Sin duda hay cosas buenas, pero lo más viral en esta red a menudo no lo es. Imagino que queréis que os diga la verdad, no que os mienta. Lo que voy a deciros es verdad y es duro de leer.
Es frecuente que haya vídeos de retos, que se llaman “challenges”. Y aquí hay de todo. Los menores de edad los ven, y también se graban y los realizan. Un ejemplo, el “Desgraciado Challenge”. Varios jóvenes, normalmente chicas, cuentan por turnos las peores situaciones que han vivido, y aplauden después de cada una. Eso incluye a veces decir que se han acostado con el novio de otra, que sus padres les han pillado con el novio en la cama, o borrachas en algún lugar.
Otro ejemplo. Un reto en el que chicas aparecen mirando fijamente a cámara y repente bajan de golpe la cabeza como si fueran a hacer una felación a quien miran, y se corta el vídeo… Os dije que este post es delicado y difícil.
Otro ejemplo son los bailes hipersexualizados que hacen, también sobre todo las chicas. Bailes que van creando en chicos y chicas una mentalidad cosificadora de la persona, y peor aún, que, como explica Anna Plans en el libro “Respeta mi sexualidad”, son descargados y subidos a la Dark Web por pederastas bajo el nombre de “vídeos de aperitivo”.
Podríamos seguir, pero creo que ya os hacéis una idea. Me está costando mucho escribir todo esto. Me revuelve las tripas y me está dando una profunda tristeza. Todo esto es real. ¿A cuántos jóvenes todo esto les está machacando poco a poco, y va a dejar consecuencias en sus vidas?
Padres: no seáis ingenuos acerca del contenido que ven o crean vuestros hijos en Tik Tok. Hay que educar, hay que saber qué hacen, hay que formarse, hay que enseñar, corregir y hasta prohibir cosas por su bien.
Consagrados: no seáis ingenuos tampoco. ¿Cómo es nuestro modo de evangelizar Tik Tok y de mostrar a Cristo? ¡Claro que hay que evangelizar en Tik Tok! O damos y mostramos algo distinto y hablamos y educamos en Dios, o estamos perdiendo el tiempo.
Plataformas de evangelización: mostremos todo lo que hay, elijamos gente que diga todo lo que puede mostrar una red social, y que no confunda en la fe a quien con buena voluntad se apunta a recibir formación porque le preocupa la evangelización.
Entiendo perfectamente la confusión generada por los ponentes del webinar: por los comportamientos que muestran, por las necesidades reales de los jóvenes que hay en esta red social, y por el gran desconocimiento acerca de ella por parte de los adultos.
Los consagrados somos adultos. Las familias confían en nosotros para que les ayudemos en una parte de la educación de sus hijos. Que podamos mostrarles al Dios verdadero; que puedan recibir ayuda para sanar sus heridas y tomar el camino bueno; que puedan madurar y ser adultos, y a su vez saber educar a sus hijos… Portémonos como adultos. Evangelicemos de verdad. Dejemos de confundir.
Gracias a Dios, también hay laicos y consagrados haciendo las cosas bien en esta red social. Tienen menos seguidores, pero un contenido muy valioso para quien lo vea. Sigamos evangelizando en la Verdad y desde la Caridad.
Y hasta aquí. Gracias por leer hasta el final. Ya sabéis, rezad por mí. Y no seáis ilusos, ni en las redes sociales ni en el resto de la vida. La paz.