Con María, el Papa respondió a las sectas
Con María, el Papa respondió a las sectas
por Duc in altum!
A simple vista, puede sonar absurdo el título del post, pues qué tiene de raro que el Papa hable de la Virgen María; sin embargo, hay algo más que solamente viviendo en América Latina se alcanza a comprender y es la influencia alarmante de las sectas. ¿Qué tiene que ver esto con la Madre de Dios? Pues resulta que los líderes sectarios lo primero que hacen es luchar contra ella, intentando borrarla de la memoria colectiva. Les estorba para poder ganar adeptos y, aunque suene exagerado, terminan haciéndole mala publicidad, confundiendo a los que -por falta de cultura católica- se dejan llevar o, mejor dicho, engañar. El Papa Francisco no ha querido caer en provocaciones, pero sí que ha fortalecido la identidad mariana en Sudamérica. María no pretende acaparar la atención, sino ser un puente de encuentro con Jesús. El problema es que intentan desvincularla, reduciendo al mínimo su intervención en la historia de la salvación. El Papa lo sabe y, de un modo cercano, identificado con la piedad, la ha ido replanteando. El 28 de junio de 2014, en la gruta de Lourdes que se encuentra en los Jardines Vaticanos, afirmó que “un cristiano sin la Virgen está huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un cristiano necesita de estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: La Iglesia y la Madre de Dios”.
América Latina, corre el riesgo –aparentemente aminorado por la piedad popular- de quedarse en la orfandad, porque falta formación apologética que sostenga la huella de María en la fe cristiana. Por esta razón, el Papa ha hecho bien en señalar su relevancia en la identidad de las tres naciones que ha visitado: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Supo vincular la Doctrina Social de la Iglesia con María, quien fue un agente de cambio, al rediseñar la historia, ¡la cultura!, desde la sencillez del portal de Belén.
El que a las sectas les moleste tanto la Santísima Virgen, tiene incluso un trasfondo teológico, pues se le ataca injustamente. Es como si María, en medio de tantos embates y discusiones, hiciera suyas las injusticias que sufren muchos de sus hijos e hijas a causa de la fe cristiana. La Virgen María es un lazo de unión entre las naciones latinoamericanas. De ahí que el Papa la haya hecho presente en casi todas sus intervenciones de un modo claro, comprensible. No se trata de generar tensiones o choques, sino de saber mantener la propia identidad frente a la diversidad religiosa.
América Latina, corre el riesgo –aparentemente aminorado por la piedad popular- de quedarse en la orfandad, porque falta formación apologética que sostenga la huella de María en la fe cristiana. Por esta razón, el Papa ha hecho bien en señalar su relevancia en la identidad de las tres naciones que ha visitado: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Supo vincular la Doctrina Social de la Iglesia con María, quien fue un agente de cambio, al rediseñar la historia, ¡la cultura!, desde la sencillez del portal de Belén.
El que a las sectas les moleste tanto la Santísima Virgen, tiene incluso un trasfondo teológico, pues se le ataca injustamente. Es como si María, en medio de tantos embates y discusiones, hiciera suyas las injusticias que sufren muchos de sus hijos e hijas a causa de la fe cristiana. La Virgen María es un lazo de unión entre las naciones latinoamericanas. De ahí que el Papa la haya hecho presente en casi todas sus intervenciones de un modo claro, comprensible. No se trata de generar tensiones o choques, sino de saber mantener la propia identidad frente a la diversidad religiosa.
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