Aficionado a la Bolsa
En cierta ocasión estuvimos juntos en Madrid. Acudimos en el Ave tomado desde Córdoba. Fuimos a una reunión sobre la pastoral en los medios de comunicación social. A mi lado llamó la atención el sacerdote don Antonio Abolafia Caballo, cuando comiendo confesó publicamente su afición a invertir y jugar en Bolsa.
Cuando ya no está entre nosotros, es bueno recordar a este cura con una afición poco común. Nacido en el pueblo de Martos, estudió en el Seminario de Jaén, en cuya capilla mayor fue ordenado sacerdote. Estuvo largos años de párroco en Santiago de Calatrava. Tuvo la suerte familiar de heredar unas propiedades.
Con ellas comenzó su inclinación a invertir y jugar en Bolsa. Trasladado a Jaén, fue hasta su muerte vicario parroquial de San Ildefonso. Cargo que hacía compatible con el de Notario de la Vicaría General.
Cuando tomaba un diario informativo, las páginas que leía con gran interés eran la Bolsa y los deportes buscando cómo iba su equipo: el Real Madrid.
Cuando fue llamado por el Señor a su Casa, don Antonio dejó todo a la parroquia y a la diócesis de Jaén, donde había servido hasta los 84 años. Descanse en paz.
Tomás de la Torre Lendínez