Vocación sacerdotal
por Juan García Inza
Respuesta a una inquietud P. Juan García Inza: Me llamo Daniel Anselmo y quiero ser sacerdote, pero hallo muy difícil llevar una vida de castidad absoluta. Estoy leyendo Sacerdotalis Caelibatus de Pablo VI y pienso que esa lectura me ayudará. Pero pienso también que usted también puede ayudarme. ¿Cómo llevar una vida sacerdotal sin darse totalmente a Cristo? Yo estoy a favor del celibato sacerdotal y de la virtud de la castidad. Pero, ¿cómo se pueden vencer los deseos de la carne? Claro está que no son invencibles, ¿pero qué estrategia hay que usar para alejarlos lo más posible? ¿Qué hay que hacer para permanecer unidos a la Vid Verdadera y dar fruto en la vida sacerdotal célibe? La frecuencia de la oración y de los sacramentos son sin duda ayudas invaluables. ¿Hay algo más que se pueda hacer? ¿Dedicarse a los pobres y estar en el mundo ayudando? ¿Cómo conformar la propia voluntad con la voluntad del único Dios verdadero? ¿Cómo ser completamente casto? El sacerdote debe ser en todo imagen del Señor Jesús, incluso imitando su castidad voluntaria. ¿Puede llevarse una vida célibe en este mundo? Sí, pero supongo que cuesta trabajo. ¿Cómo aumentar el amor a Dios para disminuir el amor a las pasiones y a las creaturas? Creo que ya son muchas preguntas. Ya casi son las tres de la mañana y tengo que levantarme a las seis. Pero si siguiera, encontraría todavía más preguntas sin respuesta. Esas respuestas me las puede dar usted, y por supuesto que la Palabra de Dios será mi guía para vivir como Jesús. Pax tecum! Amigo Daniel: Me alegra mucho que tengas esas inquietudes tan magníficas. Me parece que tu Vocación sacerdotal es auténticas, y tienes las ideas muy claras sobre lo que exige una opción seria por Cristo: UN COMPROMISO TOTAL, RENUCIANDO A OTROS AMORES BUENOS, PERO QUE HAY QUE SACRIFICAR POR EL AMOR SUPREMO, QUE ES DIOS. Nuestra naturaleza humana tiene unas inclinaciones naturales, unos instintos, y también unas pasiones. Pero todo ello hay que saber dominarlo encauzándolo debidamente. No es nada fácil, y menos en estos tiempos de tanta permisividad. Por eso necesitamos unas buenas virtudes humanas y mucha gracia de Dios. No me dices los años que tienes, ni cual es tu ritmo de vida. Pero te daré algunos consejos que valen para todos. Desde el punto de vista humano: procura fortalecer la voluntad. Que tus nervios estén templados. No duermas tan poco como dices en tu mensaje. Procura estar sereno, porque cuando hay nerviosismo y ansiedad el organismo suele buscar compensaciones y desahogos, entre ellos el del sexo. Evita lugares, personas, diversiones, publicaciones, programas de TV, etc. que te puedan excitar o servir de ocasión de pecado. No te fíes de ti mismo. No dialogues con la tentación. Y ten paciencia. Desde el punto de vista espiritual: haz oración, frecuenta los sacramentos (confesión y Eucaristía). Ten especial devoción a la Virgen María. Mortifica un poco tu cuerpo para que lo puedas dominar. Confía mucho en Dios, que siempre dará la ayuda necesaria para que consigamos lo que nos pide. Y piensa que TODO ES POSIBLE PARA EL QUE CREE, y TODO LO PODEMOS EN AQUEL QUE NOS DA LA FUERZA. Pido por tu VOCACIÓN, y espero que me tengas al corriente de cómo van las cosas. Me gustaría saber de dónde eres, y que estudios tienes. Un abrazo Juan García Inza