Los Reyes Magos existen y anoche pasaron por México, donde se estrenó Mary´s Land

(Escribo en versión mexicana porque la ocasión lo merece)

Me llamarán crédulo, cándido, ingenuo… pero tengo que confesarles que creo firmemente en la existencia de los Reyes Magos, como creía aquella monjita que entró muy joven en Clausura, sus Hermanas le dejaban algún detalle cada 6 de enero y murió convencida de la existencia de los Magos de Oriente.

Ya sé que las mordidas que muestran las papas que dejamos en la noche del 5 en casa proceden de mis mandíbulas y no de las de los camellos y que las copitas de moscatel las liquidamos entre Loles, mi mujer, y yo. Está claro, los Reyes Magos no suelen pasar por las casas los días 5 por la noche, pero existen y actúan, ¡vaya si actúan!

Yo mismo puedo dar fe, pues he recibido y continúo recibiendo, a pesar de no ser ya tan niño, incontables regalos. Por ejemplo, hace siete meses unos de sus pajes más activos, llamado Pepín, nos invitó a mi hijo, Santi, y a mí  a ver la final de la Champions en Lisboa. Pepín, que es mexicano, se encarga de regalar cada año a todo un pueblo, Amexhe, una espectacular carrera popular. Este año, el paje consiguió tenis para que los niños no corrieran descalzaos y regalos increíbles para los ganadores, bicicletas por ejemplo, que no suelen abundar en poblaciones como Amexhe.

Entre los regalos más preciados que he recibido está el haber conocido a Juan Manuel Cotelo (el-hombre-que-hacia-llorar-a-las-personas) y haber podido colaborar, aunque sea mínimamente y más con la oración que con la acción, en los proyectos de Infinito + Uno. ¡Qué regalo más grande puede recibir alguien que comer una paella con Loles, nuestras hijas pequeñas, Nuria y Blanca, y grandes amigos de Barcelona, como Judit y Bernat, en la propia casa de Cotelo en Valencia! Pues fue el 4 de enero pasado… la antesala de la noche de Reyes.

El propio Cotelo, otro de los pajes  más cercanos a los Reyes Magos, estuvo anoche en México: un país que es por excelencia tierra de María, pues ninguno tiene más habitantes sencillos de corazón. Y, seguramente, también estuvieron Melchor, Gaspar y Baltasar quienes, a petición de María, adelantaron su viaje a la víspera de la fiesta de la Virgen de Guadalupe para, tras cuatro años de insistencias y oraciones, permitir que una película producida por Infinito + Uno, Mary’s Land, llegara a México.



“Estrenamos Tierra de María justo en la víspera de la fiesta de la Virgen de Guadalupe”, explicó Cotelo en entrevista concedida a Aleteia. “¿Es una casualidad después de cuatro años conseguir haber estrenado en esta fecha y no en marzo o en septiembre? No es una casualidad; es un regalo”.

Un regalo impresionante para todos aquellos que, como niños, abiertos a la emoción, se acerquen al cine dispuestos a que Dios, a través de María, toque su corazón y les invite a cambiar su vida, como hace con el protagonista de la película, quien al inicio no duda en definirse como el Abogado del Diablo.

¡Anímense! Puede ser que se encuentren con el mismísimo Melchor en el Cinemex de Santa Fe, vean a Gaspar paseando por León, mientras hace tiempo para entrar al Cinemex de la Plaza Mayor, o topen con un negrito, llamado Baltasar, en la cola del Cinemex de Lindavista, en pleno Monterrey. Les garantizo que no perderán su tiempo ni desperdiciarán su dinero. Quizá, al salir del cine, de hecho estén tan convencidos como yo de que los Reyes Magos existen y muchas veces nos hacen regalos maravillosos, regalos que superan totalmente nuestra capacidad de entendimiento.