El mejor contable

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27

“Un joven español se ha convertido en ganador de la medalla de oro en la Olimpiada Iberoamericana de Física. Pablo Criado, vallisoletano, consiguió viajar a la competición tras poner en marcha un ‘crowdfunding’ para costear el traslado a Puerto Rico. Asegura que es “una vergüenza” que el Gobierno no financie la participación española en este tipo de eventos internacionales.”

De este directo modo aparece la noticia en la prensa digital. Es para alegrarse de corazón, que la excelencia intelectual sea reconocida en el extranjero, mientras el raquitismo mental sea el que está al frente de los destinos de un pueblo tan noble y sensato como el español. Este galardonado joven llegará un momento en que, terminados sus estudios, sea fichado por una multinacional que lo pondrá a trabajar de inmediato. Otro cerebro privilegiado fuera de España. Una vez más los españoles triunfan fuera, mientras aquí se tira el dinero en vanidades.

En el evangelio de este domingo, tomado de San Marcos 12,28-34, un maestro de la ley le pregunta a Jesús cual es el mandamiento principal de la Ley de Dios. El Señor responde con claridad: Amar a Dios y amar al prójimo. Ante la contestación el aludido alaba a Jesús por su Sabiduría. En ese momento Jesús lo miró con amor diciéndole: “No estás lejos del Reino de Dios”. Pero el protagonista de la pregunta no se siente afectado por la mirada y la alabanza de Cristo, porque estaba más inclinado a la letra de la Ley que al espíritu de la misma.

Existen muchos cristianos sencillos cumplidores de las normas al pie de la letra, sin entrar a preguntarse por los motivos de la misma, llevados por la moda actual  de no interrogarse, de no cuestionarse, de no complicarse la mente con el razonamiento de sus actos y opiniones.

Por esto, cuando un joven como el premiado en Puerto Rico pone en solfa a los que debieron ayudarle y no lo hicieron, a los que dirigen la educación en toda una nación como España, y lo hacen de forma torticera y recortada, cuando tiran los millones en sostener tinglados inútiles y vender humo en la feria de las vanidades de cada día, es para pregonarlo a los cuatro vientos y sacar los colores en la cara de los protagonistas de tales desafueros.

La misma noticia nos cuenta cómo en esa colecta general hecha en internet, un donante anónimo ha entregado seis mil euros, sí ha leído bien, amigo lector, esa gran cantidad para cubrir el  importe presupuestado del viaje y la estancia en Puerto Rico, lugar del acontecimiento mundial de la asignatura de Física.

Esta persona que regala esa cantidad monetaria sí se pregunta por las razones de sus actos, sí se preocupa por razonar que su conciencia no debe permitir que se tape un cerebro español por falta del dinero necesario para estar en un acontecimiento puntual y esencial en la vida de ese joven natural de Valladolid. Esta dadivosa persona no está lejos del Reino de Dios. El mismo Jesús nos lo dice en su predicación: todo lo que hagáis en favor de los necesitados no quedará sin recompensa, aunque sea un simple vaso de agua. Quien ha entregado su dinero a esta aventura tan importante tenga por seguro que el mejor contable siempre es Dios.

Tomás de la Torre Lendínez